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Georgia es un pequeño país, a caballo entre Europa y Asia aunque tradicionalmente se ha considerado que, tanto culturalmente como históricamente, pertenece a Europa. Hasta 1991 formó parte de la URSS.
Hoy en día es una democracia representativa y estado asociado a la Unión Europea desde 2016. Aunque han solicitado su ingreso oficialmente, aún no lo han conseguido. Es miembro de Naciones Unidas, el Consejo de Europa, entre otras Instituciones. También aspira a ser miembro de pleno derecho de la OTAN.
Quizás puede parecer raro decir esto pero en Georgia el país no se llama así. En la Constitución especifica que el nombre oficial es Sakartvelo, que significa algo así como “tierra de los kartvelianos”. En Occidente, sin embargo, desde hace mucho se conoce a esa tierra como Georgia, unos dicen que por su vinculación con San Jorge y otros por su significado literal griego, “labrador de la tierra”. Tanto una explicación como otra son plausibles. San Jorge, natural de Capadocia (Turquía), es el santo patrón de Georgia. En cuanto a la vinculación con la agricultura, se trata de un país muy fértil.
La capital de Georgia es Tiflis (en castellano; Tbilisi en georgiano).
La bandera del país es bastante llamativa. Tiene una cruz de san Jorge grande y cuatro más pequeñas (dicen que vinculadas con Jorge V de Georgia, que expulsó a los mongoles de esas tierras). Es un símbolo muy actual pues se usa desde 2004.
Se trata de un país pequeño (más que Catalunya) y muy montañoso, dominado por el Cáucaso, con algunas cimas de más de 5.000 metros. Tiene una población de entre 4 millones y medio y cinco millones de habitantes, de los que la mayoría son georgianos. En el país hay un 6% de azeríes, un 5,7% de armenios y un 1,5% de rusos.
Hablar de Georgia es hacerlo también de las regiones de Abjasia y Osetia del Sur. Abjasia, con capital en Sujumi, se autoproclamó república independiente en 1992. La mayoría de la comunidad internacional la considera como una república autónoma perteneciente a Georgia; países como Rusia, Venezuela o Siria creen que es un estado independiente. Algo parecido pasa en Osetia del Sur. Esto dio lugar a la Guerra ruso-georgiana en 2008. Lo trataré más detenidamente más adelante.
El idioma oficial del país es el georgiano. Tanto la lengua como su alfabeto son terriblemente complicados. Pertenece a las lenguas caucásicas meridionales, dicen que emparentada con el euskera. Sin embargo, en algunas partes del país se hablan otras lenguas. El megreliano o mingreliano se habla en el oeste del país; el esvano en el noroeste y el laz en la orilla suroriental del Mar Negro. También son presentes el osetio y el abjasio.
Tengo que reconocer que me resulta imposible aprender ese alfabeto de 33 letras y que apenas si habré aprendido dos palabras oralmente (una de ellas es “gamarjoba”, literalmente “que ganes” y que se usa para decir “hola”).
Georgia fue uno de los primeros países del mundo en adoptar el cristianismo como religión oficial (hablaremos ampliamente de eso). Hoy en día más del 80% de la población pertenece a la Iglesia ortodoxa y apostólica georgiana. La iglesia armenia también está presente en el país. Los musulmanes, casi todos azeríes, representan el 7% de la población, los católicos no llegan al 1% y más o menos igual los judíos. Eso no significa que la población sea practicante; casi la mitad de los ciudadanos se consideran no practicantes y no llega al 30% el porcentaje de personas que asisten a las interminables misas.
Aunque el turismo va cobrando importancia, mi impresión es que aún les queda bastante por aprender al respecto. Hay cada vez más hoteles pero los guías, por ejemplo, parecen contentarse con contar cuatro datos sin profundizar demasiado. Económicamente Georgia depende de los cultivos, la minería (manganeso o cobre) y el vino.
Pese a los intentos por erradicarlo, la corrupción y las drogas aún están muy presentes.
Llegar a Georgia desde Barcelona se puede hacer mayoritariamente por dos vías. Una, la que nosotros usamos, pasa por París y la otra, muy habitual pero con llegadas de vuelos de madrugada, es por Turquía. Tbilisi tiene un moderno pero bastante pequeño aeropuerto.
Debemos pensar que el país se va modernizando todo lo rápido que puede pero económicamente no es posible hacer muchos dispendios. Desde principios de los 2000 se está modernizando la flota de trenes y Tbilisi tiene metro (es la única ciudad del país que dispone de él). La Saburtalo Line cubre el territorio oeste de la ciudad y es la línea más pequeña. La más amplia y más antigua es la First Line. Funciona entre las 6:00 y las 00:00 horas y para usarlo se debe comprar en la taquilla una tarjeta Metromoney (2 laris). Luego se puede recargar en las máquinas (en inglés). Los precios de los transportes son muy baratos y las tarjetas sirven para varias personas. El precio de los billetes va disminuyendo cuantos más viajes se hacen. Es raro de comprender. La tarjeta se puede devolver durante los 30 primeros días y, presentando la factura de compra, te devuelven los dos laris.
Las estaciones se hicieron a imitación de las de Rusia y son incomprensiblemente profundas (no les hacía falta). Eso hace que muchas paradas sean muy oscuras. El tiempo de espera es de unos 2-3 minutos en hora punta y unos 6 en el resto de horario. Algunas estaciones están decoradas pero que nadie espere ver la suntuosidad del metro de Moscú.
Los nombres de las paradas y las indicaciones también están en inglés.
La tarjeta sirve para viajar en metro, bus (allí no puede recargarse) y en el aéreo que sube a la Fortaleza de Narikala.
Tbilisi también cuenta con un funicular que sube a la colina de Mtatsminda. La tarjeta para subir es propia, se compra en sus taquillas y sirve para recargarla y poder usarla en el parque de atracciones que hay arriba.
La ciudad también cuenta con microbuses, más caros que un autobús normal pero más rápidos (ya que paran menos). No son caros tampoco. Desde hace unos años no circulan por las arterias principales para no dar la sensación de país anticuado.
En Tbilisi se ven muchos taxis. Es necesario negociar antes el precio y algunos intentan timarte. Dicen que lo más normal es llamarlos por aplicación y con precio fijado de antemano. Nosotros solo cogimos un taxi en la calle y la experiencia fue regular por no decir mala.
Nota de 2023: descargamos la aplicación Bolt y es fiable y no muy cara.
En la ciudad hay estaciones de autobuses que conectan con otras localidades. Son accesibles en metro. Las más destacadas son la de Didube y Station Square 1. Como el alfabeto es muy raro, debes guiarte por el número de bus o pedir ayuda a alguien.
La moneda oficial de Georgia es el lari (se abrevia GEL). Para redondear un poco diré que más o menos 3 GEL son 1 euro. Hay billetes y monedas (conviene siempre llevar algunas para los wc, que suelen ser de pago). El lari se divide en 100 tetri.
En cuanto a la cocina georgiana, es buena pero creo que no saben venderla convenientemente. Es riquísima en frutas y verduras pero el plato que más se conoce es una bomba calórica, riquísima pero poco apta para comer a menudo, llamada khachapuri (pronunciado jachapuri). No es más que pan relleno de queso al que se le pueden añadir otros ingredientes como el huevo. Uno de los más comunes es el imeretian o imeruli, que simplemente es una masa de pan redondo con el queso por dentro.
Muy común también es el megruli khachapuri, relleno de queso y con más queso por encima. El adjarian es el más fotogénico. Tiene forma de barca y lleva queso, mantequilla y huevo. Para comerlo, se debe revolver todo y luego ir mojando trocitos de pan de los extremos. Una variedad muy curiosa es el lobiani, relleno de judías pintas.
Casi tan famoso como el khachapuri pero más ligero que éste tenemos el khinkali (se pronuncia jinkali). Para entendernos es un dumpling relleno (ya puede ser de carnes, patata, queso o champiñones). Se suele morder en un extremo y tragarse el jugo (si lo tiene) para luego dejar de lado el rabito superior (más duro).
Personalmente me gustó mucho un guiso a base de judías pintas llamado lobio.
El satsivi no lo vi en ningún sitio aunque es un plato famoso. Consiste en carne de pollo o pavo acompañado de salsa de nueces.
Los pkhali son una especie de ensaladilla fría de verduras. Yo probé el de espinacas. Me gustaron más los bradijani, láminas de berenjena a la plancha o fritas que envuelven una pasta de nueces y especias.
En las comidas georgianas nunca se acostumbra a comer postre. De hecho, en los menús los hay pero no es nada tradicional. Y eso que dulces sí que hay (aunque creo que muchos menos de los que podrían tener, gracias a su rica variedad de frutas y frutos secos). Es muy famosa una chuchería llamada churchjela. Visualmente es como una especie de fuet o salchicha. Se trata de nueces, avellanas o almedras bañadas en jugo de uva, tan espeso que se solidifica. Los frutos secos van ensartados en un hilo. Cuando lo comes parece un poco pan de higo. ¿Está bueno?. Pues, hombre, pasable. Hay algunas variedades con otros jugos como kiwi, albaricoque, etc.
Para mi desgracia, no me gustaron los quesos georgianos (y eso que yo soy como una rata). El Sulguni se elabora con leche de vaca, búfala, o una mezcla de estas leches, de pasta semiblanda hilada y cocida, sin corteza. Su color varía del blanco al amarillo pálido. Es el queso georgiano más famoso y es muy salado. El curado o el ahumado es más salado aún. Incomible, Se usa para hacer el khachapuri (y entonces sí está bueno).
A lo largo de mi explicación iré nombrando algún restaurante o local de restauración que visité.
Ir a un supermercado a comprar es encontrarte con muchos productos de importación y bastante caros. Supermercados hay muchos (Carrefour market o city, Spar, Nicora - nosotros decíamos el del toro, pornel dibujo que lo identifica-...). En los centros comerciales hay hipermercados Carrefour o Goodwill. Hay muchas farmacias o establecimientos que tienen algún producto de farmacia pero también de belleza. Hay grandes droguerías llamadas Clean house. Si se viaja con niños destaco las tiendas Wishlist (aunque en casi todos los centros comerciales hay, la mejor es la del Tbilisi mall. En realidad son dos tiendas y hay juguetes (muchos), ropa, todo tipo de artículos para los bebés, cochecitos, coches, motos, toboganes, etc. No faltan locales de estética y belleza para mujeres (no hay tantas barberías de hombre).
Los vinos georgianos son buenos, no en vano son uno de los productores más antiguos del mundo. Hablaré de ellos más extensamente pero solo destacar que los semidulces gustan mucho. En su momento también hablaré del agua de Borjomi. Por ahora solo decir que el agua en Georgia es abundante y potable.
Aunque hay bastantes centros sanitarios, conviene hacerse un seguro de viajes con buena cobertura al respecto. Antes de las visitas ya cobran y no poco. Una visita rutinaria ronda los 70 laris (25 euros). No destacan por ser maravillosos profesionales. Tenemos experiencia y detectamos casos de mala praxis que nos afectaron directamente o consejos que contradicen normas ya establecidas por la OMS, claro ejemplo de cierto retraso en la aplicación de la medicina.
Otra cosa que he visto es que los georgianos son poco dados a reconocer sus errores y tienden a culparte de algo, incluso sin motivo, aunque la culpa sea suya. Y eso pasa en muchos ámbitos (taxis, medicina, etc). Es algo que me pone mala. Se dice en muchas guías de viaje que son amables y hospitalarios. No es cierto. A muchos taxistas les cuesta devolver el saludo, en los restaurantes te toman el pedido o te cobran sin más (sin un ¿te ha gustado?,¿ todo bien?). En algunas tiendas parece que hasta les da pereza atenderte, cuanto más mostrarte el producto. He visto varias veces cómo intentan colarse para pagar.
Tbilisi en particular está llena de perros callejeros. Hay muchísimos y no son precisamente razas pequeñas. Eso sí, suelen ser muy pacíficos. En el centro también hay muchos gatos.
Seguramente el viajero pase tiempo en Tbilisi ya que, como capital, tiene muchos monumentos y rincones por descubrir. Pero seguro que tarde o temprano acaba recalando en Kajetia, dominada por la cadena del Daguestán, en el espacio más oriental del cristianismo. Por allí han entrado los invasores a lo largo de los siglos (persas, turcos...). En Kajetia encontramos muchos encantos, paisajísticos y monumentales. Abundan los monasterios (Gremi, Nekresi, Bobde) y otros monumentos como la catedral de ALAVERDI, David Gareja, la ciudad de Signani... Además Kajetia es la capital del vino georgiano.
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