Amanece el último día del viaje propiamente dicho. Hemos descansado pero no lo suficiente aunque a falta de pan, buenas son tortas. Nos levantamos, vamos a desayunar al Windjammer, tenemos que volver a dar unas vueltas para encontrar sitio pero, a la postre, podemos sentarnos y disfrutar de la comida.
Tras el desayuno, al igual que hicimos el primer día de navegación, toca pasar por el gimnasio para hacer unas rutinas y no perder las buenas costumbres. Antes, para ir haciendo la digestión, nos planteamos pasar por el rocódromo y el Ifly y eso hicimos.
El Ifly o simulador de caída libre es una atracción ubicada en la última cubierta del barco, a popa, que consiste en un tunel de viento vertical en el que se accede por una apertura y que posibilita flotar en el aire, ¡aaah!, como si se hubiera uno tirado de un paracaídas. Por lo que estuve viendo antes de ir te dan una charla informativa con lo que debes o no hacer y, sobre todo, con la posición que el cuerpo debe mantener dentro del habitáculo, independientemente de que el monitor de la instalación esté contigo y te ayude en todo momento. Ataviados con mono, casco y gafas los pasajeros que se animan entran el tunel de viento, extienden brazos y piernas e intentan mantener el cuerpo recto y estable flotando en el tubo de viento. El monitor te agarra y te mueve para que no pierdas la estabilidad y como la atracción dura un minuto, en la opción sin coste, se te puede hacer corto o muy largo. Dado que la atracción está desaconsejada para personas con lesiones en hombros y espalda consideré sensato no realizarlo y viendo lo que vi la decisión fue la correcta porque, por mucho que la gente intentaba estar recta, la espalda se arqueaba de mala manera y ello podría no ser bueno para la salud en personas con dolencias previas.
El rocódromo o pared de escalada exterior es una instalación clásica en cualquier barco de crucero. Siempre voy diciendo que este año toca pero nunca es el momento o estando allí abajo desisto por encontrarlo irrealizable. La cosa consiste en ponerte un casco y un arnés e ir ascendiendo por la pared haciendo apoyo en los puntos determinados para pies y manos hasta llegar al cénit donde hay una campana que puedes tocar con la conclusión del recorrido. Bueno, pues al no hacer el Ifly, qué demonios, vamos a ver si este año sí….
Tras el desayuno, al igual que hicimos el primer día de navegación, toca pasar por el gimnasio para hacer unas rutinas y no perder las buenas costumbres. Antes, para ir haciendo la digestión, nos planteamos pasar por el rocódromo y el Ifly y eso hicimos.
El Ifly o simulador de caída libre es una atracción ubicada en la última cubierta del barco, a popa, que consiste en un tunel de viento vertical en el que se accede por una apertura y que posibilita flotar en el aire, ¡aaah!, como si se hubiera uno tirado de un paracaídas. Por lo que estuve viendo antes de ir te dan una charla informativa con lo que debes o no hacer y, sobre todo, con la posición que el cuerpo debe mantener dentro del habitáculo, independientemente de que el monitor de la instalación esté contigo y te ayude en todo momento. Ataviados con mono, casco y gafas los pasajeros que se animan entran el tunel de viento, extienden brazos y piernas e intentan mantener el cuerpo recto y estable flotando en el tubo de viento. El monitor te agarra y te mueve para que no pierdas la estabilidad y como la atracción dura un minuto, en la opción sin coste, se te puede hacer corto o muy largo. Dado que la atracción está desaconsejada para personas con lesiones en hombros y espalda consideré sensato no realizarlo y viendo lo que vi la decisión fue la correcta porque, por mucho que la gente intentaba estar recta, la espalda se arqueaba de mala manera y ello podría no ser bueno para la salud en personas con dolencias previas.
El rocódromo o pared de escalada exterior es una instalación clásica en cualquier barco de crucero. Siempre voy diciendo que este año toca pero nunca es el momento o estando allí abajo desisto por encontrarlo irrealizable. La cosa consiste en ponerte un casco y un arnés e ir ascendiendo por la pared haciendo apoyo en los puntos determinados para pies y manos hasta llegar al cénit donde hay una campana que puedes tocar con la conclusión del recorrido. Bueno, pues al no hacer el Ifly, qué demonios, vamos a ver si este año sí….

No es por buscar excusas, imagínese el lector lo que sucedió, pero la mañana está muy fresca y muy ventosa. Ello unido a la tos perruna que no se me quita, un amago de tiritona y a que el atuendo es del todo inadecuado (pantalón corto de deporte y camiseta de manga corta), me hace dudar de si atreverme o no. Sopeso la situación y mi mujer no se lo piensa y me agarra de la oreja valorando correctamente la decisión a tomar y me mete para adentro (¿dónde vas, alma de cántaro…?) con lo cual la decisión ya está tomada: están verdes….. Otro año será…. Aquí se pone de manifiesto uno de los fallos de organización de la maleta porque debería haber echado el chándal y no lo hice…. A toro pasado….
Accedemos al gimnasio y a la entrada realizamos el pesaje correspondiente y comprobamos que la restauración a bordo ha hecho de las suyas y ha añadido unos kilos de más a nuestra estructura corporal pero, curiosamente, menos de lo que yo pensaba a estas alturas del crucero.
Accedemos al gimnasio y a la entrada realizamos el pesaje correspondiente y comprobamos que la restauración a bordo ha hecho de las suyas y ha añadido unos kilos de más a nuestra estructura corporal pero, curiosamente, menos de lo que yo pensaba a estas alturas del crucero.

Esto nos anima a la hora de dejarnos la piel en cada uno de los ejercicios y ejecutar unas rutinas bastante decentes. Hoy no está nuestro conocido de Arizona pero sí vemos en una esquina dándole a las pesas al actor que tenía el papel del hijo en “The Gift” y que más tarde veríamos en el teatro protagonizando el musical de “We will rock you” en el papel de Galileo Figaro. El hombre andaba a lo suyo con sus auriculares y sus gafas de sol pero me pareció curioso que compartiera gimnasio con el resto del pasaje.

Tras el rato de ejercicio hay que planificar la mañana porque a las 14:30 horas tenemos el pase del musical anteriormente mencionado y, por tanto, hay que comer pronto y llegar con algo de tiempo para coger un buen sitio. Eso nos deja algo de margen para ir a despedirnos de la piscina cubierta dándonos un último remojón. Dicho y hecho: nos cambiamos y nos acercamos a la zona, repitiéndose la dinámica de toda la semana en el sentido de que todo estaba ocupado. Damos varios vueltas, entramos al solarium con idéntico resultado, y regresamos encontrando al final dos hamacas en el espacio que comunica piscina con solarium. A partir de ahí, chapuzón en piscina y bañito en jacuzzi mientras contemplamos como el Anthem of the seas navega sin prisa pero sin pausa por un mar en calma rumbo a la ciudad de Southampton.

Llega la hora de comer y regresamos al Windjammer. Tal y como hice en la descripción de los desayunos ahora procede describir lo que echaban para comer en la hora del almuerzo.
La comida en el buffet a mediodía ha sido más variada que en el desayuno en la medida en que han ido variando muchos platos y conservando los más clásicos. Como he comentado en alguna otra ocasión aquí se plasmaba con todo lujo de detalles lo que es la comida de aprovechamiento porque proliferaban guisos, pasteles y otras preparaciones que seguro utilizaban ingredientes de días anteriores. No es bueno ni malo pero me pareció que había un abuso de ello.
La disposición de los manjares sigue la misma estructura que la de los desayunos: islas gemelas con el mismo tipo de comida que consiguen evitar la acumulación de pasajeros hambrientos y ansiosos con hacerse con la última delicia expuesta en las vitrinas. Afortunadamente o no, ha quedado atrás la época de la pandemia, donde los cocineros te servían la comida, y ahora funciona como de costumbre en términos de recoge la cuchara o la pinza y arrambla con la cantidad que uno considere oportuno llevarse al estómago.
Por tanto, las islas estaban configuradas tal que así:
. Sección de ensaladas ya preparadas o con ingredientes separados para poder hacerla al gusto de cada cual. Fruta variada, fiambre tipo prosciutto, rulada y demás y quesos de varios tipos.
. Sección de comida británica por un lado: pasteles de carne o pescado, huevos escoceses y aderezos variados y, por otro lado, relleno de sandwiches como, para que se entienda, los que llevan los del Rodilla, así como cremas y sopas para servirse en tazones que variaba cada día (champiñones, maíz, guisantes….). Mi mujer, en cuanto vio los huevos escoceses, dijo que había que probarlos sí o sí y puedo concluir que no hace más que confirmar la fama que tiene la comida británica en relación a otro tipo de gastronomías. Si a ellos les gusta ese mazacote….
La comida en el buffet a mediodía ha sido más variada que en el desayuno en la medida en que han ido variando muchos platos y conservando los más clásicos. Como he comentado en alguna otra ocasión aquí se plasmaba con todo lujo de detalles lo que es la comida de aprovechamiento porque proliferaban guisos, pasteles y otras preparaciones que seguro utilizaban ingredientes de días anteriores. No es bueno ni malo pero me pareció que había un abuso de ello.
La disposición de los manjares sigue la misma estructura que la de los desayunos: islas gemelas con el mismo tipo de comida que consiguen evitar la acumulación de pasajeros hambrientos y ansiosos con hacerse con la última delicia expuesta en las vitrinas. Afortunadamente o no, ha quedado atrás la época de la pandemia, donde los cocineros te servían la comida, y ahora funciona como de costumbre en términos de recoge la cuchara o la pinza y arrambla con la cantidad que uno considere oportuno llevarse al estómago.
Por tanto, las islas estaban configuradas tal que así:
. Sección de ensaladas ya preparadas o con ingredientes separados para poder hacerla al gusto de cada cual. Fruta variada, fiambre tipo prosciutto, rulada y demás y quesos de varios tipos.
. Sección de comida británica por un lado: pasteles de carne o pescado, huevos escoceses y aderezos variados y, por otro lado, relleno de sandwiches como, para que se entienda, los que llevan los del Rodilla, así como cremas y sopas para servirse en tazones que variaba cada día (champiñones, maíz, guisantes….). Mi mujer, en cuanto vio los huevos escoceses, dijo que había que probarlos sí o sí y puedo concluir que no hace más que confirmar la fama que tiene la comida británica en relación a otro tipo de gastronomías. Si a ellos les gusta ese mazacote….

. Sección varios: huevos revueltos, salchichas, gofres, patatas con verduras, costillas, arroz de diferentes formas o pasta variada ya hecha. Esto iba cambiando todos los días y creo que satisfacía todo tipo de gustos.
. Sección salada o platos principales: verduras asadas, puré de patata con salsa gravy, guisos de carne, pollo, pavo o pescado (casi siempre tilapia), polenta o carnes asadas al corte que iban sirviendo al momento (cerdo, pollo, ternera...). También lo fueron rotando a lo largo de la semana y había variedad.
. Sección de pasta en el acto: elegías ingredientes así como el tipo de pasta y te lo preparaban allí mismo. Siempre había mucha cola y no lo probé.
. Sección de wok oriental: funcionaba igual que la de pasta. También con muchas colas.
. Sección de comida india: gran variedad de platos de esta cocina. Tampoco probamos por si acaso no nos llegaba la provisión de Almax del botiquín de viaje. Lo que sí que degustamos fue el pan pappadum o pappadam que nos pareció muy rico.
. Sección de hamburguesas y perritos calientes con los acompañamientos para hacértelos a tu gusto: panecillos, salsas, cebolla, cebolla caramelizada, chucrut, relish, pepinillos, queso en lonchas o tomate. Además patatas fritas, fingers de pollo y macarrones con queso. Le tenía ganas a esto último y otra decepción porque eran totalmente insípidos. En cuanto a las carnes, iban variando los tipos de perritos y hamburguesas diariamente incluyendo versión vegetariana.
. Sección salada o platos principales: verduras asadas, puré de patata con salsa gravy, guisos de carne, pollo, pavo o pescado (casi siempre tilapia), polenta o carnes asadas al corte que iban sirviendo al momento (cerdo, pollo, ternera...). También lo fueron rotando a lo largo de la semana y había variedad.
. Sección de pasta en el acto: elegías ingredientes así como el tipo de pasta y te lo preparaban allí mismo. Siempre había mucha cola y no lo probé.
. Sección de wok oriental: funcionaba igual que la de pasta. También con muchas colas.
. Sección de comida india: gran variedad de platos de esta cocina. Tampoco probamos por si acaso no nos llegaba la provisión de Almax del botiquín de viaje. Lo que sí que degustamos fue el pan pappadum o pappadam que nos pareció muy rico.
. Sección de hamburguesas y perritos calientes con los acompañamientos para hacértelos a tu gusto: panecillos, salsas, cebolla, cebolla caramelizada, chucrut, relish, pepinillos, queso en lonchas o tomate. Además patatas fritas, fingers de pollo y macarrones con queso. Le tenía ganas a esto último y otra decepción porque eran totalmente insípidos. En cuanto a las carnes, iban variando los tipos de perritos y hamburguesas diariamente incluyendo versión vegetariana.

. Sección de postres: scones con nata, triffles de varios sabores, flanes denominados crema catalana, tarta la misma, la misma pero con diferentes tipos de fruta o acabado, cookies de avena o coco o mousses de chocolate. En un aparte también había gofres con nata batida y siropes como también se ofrece en el desayuno. Fue la gran decepción en cuanto a la oferta culinaria se refiere porque apenas lo rotaron a lo largo de la semana y siempre era lo mismo.
La calidad me pareció correcta dentro de lo comentado con anterioridad y, por supuesto, con hambre no te quedabas. Para beber, sin coste, la máquina autoservicio con aguas de sabores y café e infusiones.
Tras la comida y la parada técnica por el camarote nos acercamos al teatro para deleitarnos con la representación del musical “We will rock you”.
Lo que sucedió en las siguientes horas será puesto a disposición del lector en la siguiente etapa.
La calidad me pareció correcta dentro de lo comentado con anterioridad y, por supuesto, con hambre no te quedabas. Para beber, sin coste, la máquina autoservicio con aguas de sabores y café e infusiones.
Tras la comida y la parada técnica por el camarote nos acercamos al teatro para deleitarnos con la representación del musical “We will rock you”.
Lo que sucedió en las siguientes horas será puesto a disposición del lector en la siguiente etapa.