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Cerro San Lorenzo. Glaciar Calluqueo. Reserva Tamango: sector de Parque Nacional Patagonia
La primera visita del día no se encuentra muy lejos de Cochrane y es una atracción poco visitada. Un glaciar de lo más interesante, al que se puede acceder de forma fácil y muy poco frecuentado.
Nos vamos al Glaciar Calluqueo. En algunos sitios escrito como Cayuqueo.
Para ello solo tenemos que salir de Cochrane y circular en Carretera Austral dirección a Caleta Tortel. Pero por muy poquito tiempo.
Ya ayer vimos el desvío a la izquierda a la ruta X-901, a cinco kilómetros, que indica dirección San Lorenzo.
Hasta el mirador del glaciar serán unos 45 o 50 kilómetros de carretera de ripio en no demasiadas malas condiciones.
La carretera primero va bordeando la parte oriental de la Laguna Esmeralda. Ayer por la tarde la bordeamos por otro extremo, circulando por la ruta 7. Esta laguna tiene hasta playas de arena y en verano es posible tomarse un baño.
Los paisajes patagónicos nos siguen envolviendo por esta ruta que va recorriendo el valle del río El Salto. Ese río que ya hemos conocido en días anteriores y que hoy nos vuelve a acompañar remansado y con bonitos meandros.
Pequeña laguneta con tranquilos moradores. Las vacas disfrutan de su inmensa pradera verde.
Recorridos unos 22 km. se nos va apareciendo el San Lorenzo.
El monte o cerro San Lorenzo es familiar en los paisajes de alrededor de Cochrane. Pero es esquivo y no siempre se deja ver.
El Monte San Lorenzo es la segunda montaña más alta de la Patagonia con 3706 m. de altura. Y es uno de los principales desafíos para los montañeros que visitan la Patagonia y no muchos consiguen llegar a su cima.
Los primeros en realizar esta hazaña fueron un grupo de montañeros argentinos liderados por el sacerdote salesiano Alberto de Agostini. Este sacerdote amaba la Patagonia y tanto en Chile como en Argentina hay muchos recuerdos de sus hazañas y de su paso por estas tierras.
En el km. 25 hay un puente que tiene el letrero de Puente Tranquilo. Una antigua pasarela se mantiene sobre el río Tranquilo pero los coches ahora pasan por un puente mecano que ofrece más seguridad.
El río Tranquilo, bajo este puente, se encajona en una garganta que el mismo ha ido tallando y sus aguas se vuelven tumultuosas y bravas, poniendo en entredicho su nombre de Tranquilo.
Se puede ver al completo el macizo San Lorenzo, si el día está despejado.
Seguimos unos pocos kilómetros a este río que va formando otro valle
Por este valle se adentra otra carretera que se bifurca de la que llevamos. La X-903 que lleva hacia el Lago Brown en el que parece que ya hay unas cabañas y se hacen algunos treking.
La misma X-903 se bifurca también en otra ruta que lleva hasta un fundo y un campamento a los pies del Cerro San Lorenzo. Un campamento desde donde el Padre Da Agostini comenzó su ascenso.
La atracción de esta zona no es solo intentar hacer cumbre en el San Lorenzo sino rutas de treking y cabalgatas que se acercan a la gran montaña.
Una interesante ruta es hacia el Cerro Mirador desde donde se divisan varias atracciones como la Reserva Tamango, el Valle Chacabuco, los glaciares del San Lorenzo desde un ángulo privilegiado….
Pero todo eso será para otra ocasión porque nosotros no seguimos esta ruta sino que continuamos por la X-901 que tuerce a la derecha y va bordeando un bonito lago llamado Confluencia.
Quedan pocos kilómetros para el destino y trascurren por el valle que el río que desagua del glaciar va formando. Unos lo llaman río Calluqueo, como el glaciar de dónde viene, pero en otros lugares aparece como río Pedregoso.
Hay un primer aparcamiento.
Y unas primeras vistas de la Laguna Calluqueo con el monte San Lorenzo dominando el paisaje y el río Pedregoso naciendo de esta laguna.
Laguna con un color plomizo especial, fruto de la cantidad de sedimentos desprendidos del glaciar. Y rodeada de paredes cortadas a pique que muestran la fuerza y el efecto que el hielo ha ido ejerciendo.
Y el punto central de la imagen. El Glaciar Calluqueo. Una gran masa de hielo milenario que se deja caer por la vertiente oeste del mítico San Lorenzo. No es el único glaciar de este monte pero sí el más importante y en el lado chileno.
Es el típico glaciar de valle reuniendo las tres partes en que se compone un glaciar, el circo rodeado de montañas, la lengua glaciar y el frente del mismo. El frente se encuentra recubierto de rocas caídas en su mayoría desde sus morrenas laterales.
El nombre Calluqueo no es muy usual. La primera pobladora de la zona se llamaba Ana Calluqueo y de ahí le pusieron el nombre al glaciar, laguna …
Cuando Alberto da Agostini estuvo por la zona en 1943 fotografió este glaciar. Importantes fotografías las de este hombre que al compararlas con la situación actual dan cuenta del retroceso de estos glaciares.
El camino sigue hasta otro mirador situado a mayor altura y se puede llegar en coche. Es un mirador bien adaptado, con su aparcamiento correspondiente y barandas de madera.
La visión desde este mirador es panorámica total, el monte San Lorenzo, el glaciar, la laguna vista al completo. Los cerros, las escarpadas paredes que lo rodean…
El monte San Lorenzo no es un solo monte, es un conjunto de cerros y peñascos. Sobresale por encima del lado norte de la laguna el cerro de las Torres o Los Mellizos. Enfrente, en otro cerro, una gran aguja de piedra se eleva por encima de rocas escarpadas. Se han dejado ver para que les echemos un vistazo. Suelen estar rodeados y cubiertos de nubes.
El camino prosigue un poco más y se puede recorrer caminando, pero las vistas van desmereciendo y no vale la pena.
No nos encontramos más que a una chica que volvía en bicicleta. Absolutamente nadie más. Toda aquella inmensidad para nosotros solos. Tremendo.
El glaciar Calluqueo tiene también fácil acceso. Se puede contratar en Cochrane una excursión que atraviesa la laguna y hace una caminata sobre el hielo.
Volvimos al pueblo de Cochrane para trasladarnos a la parte del Parque Patagonia que nos quedaba por visitar la Reserva Nacional Tamango.
Esta reserva también recibe el nombre de Reserva Lago Cochrane. El Lago Cochrane es también un lago compartido con Argentina y en este país también se llama de forma distinta, Lago Pueyrredón.
Es un área protegida con anterioridad y que hacía muy poquito había sido incorporada al Parque Nacional Patagonia, como ya comenté.
Lo del nombre Tamango lo recibe porque la reserva se encuentra enmarcada entre dos cerros importantes, el cerro Tamango, el Tamanguito. Y habría que añadir un tercero, el cerro Húngaro.
Lo del nombre Cochrane está claro que es por el Lago Cochrane y el río homónimo que nace del mismo.
Dentro de la labor de la reserva sobre la conservación de hábitat y naturaleza cabe destacar la protección del huemul. Habrá como unos 50 ejemplares en la reserva. Pero no tuvimos la suerte de ver ninguno.
Para llegar a esta reserva no hay más que cruzar el pueblo de Cochrane y pasado el mercado municipal torcer a la izquierda siguiendo las indicaciones de la propia reserva. La Ruta X.893 es de tierra como no podía ser de otra manera.
En un par de kilómetros o tres se llega a la entrada de la reserva. Una guardería de Conaf y un aparcamiento.
Antes hay una desviación a la derecha que conduce a una especie de embarcadero a las orillas del río Cochrane.
Por allí hay un cartel con el teléfono de Tomasin. Es una de las empresas que se dedican a hacer recorridos río arriba en un pequeño bote.
En el embarcadero no hay nadie y tenemos dudas de que podamos navegar por ser la hora central del día. No obstante nos contestan y quedamos para una hora más tarde.
La guardería de Conaf estaba cerrada. Al ser domingo y la hora del almuerzo justificaría esta situación quizá. Pero no importa demasiado porque tenemos claro que podemos realizar en esta reserva.
Mientras aguardamos la hora concertada nos situamos en lo alto de un peñasco con vistas al río Cochrane, muy cerca de la entrada, y nos comemos el bocadillo disfrutando de las mismas .
Y también dimos un pequeño paseo bordeando el río, hacia el inicio del sendero Los Carpinteros.
Es este el primero de los senderos que se ofrecen en esta reserva.
En total hay diez senderos, cada uno con su distancia y dificultad propia. Se puede realizar uno de ellos o ir combinándolos y pasarse el día completo caminando.
Los recorridos tienen que ser agradables porque se van observando hermosos paisajes. La Reserva cuenta con una geografía vistosa con paisajes de tránsito entre estepas y bosques de coigües y lengas, relieves ondulados combinados con tramos montañosos y las vistas del río y lago Cochrane.
Otra forma de visitar el parque es la opción mixta de navegación y caminata.
Con el bote se asciende por el cauce del río Cochrane. Es una navegación muy gustosa pues el río desciende entre paisajes de árboles y rocas y cuenta con el añadido de los colores y transparencias del agua del río.
Los tonos del color del agua los veremos cambiar. En la distancia color azul intenso y en la cercanía transparencias que dejar ver las rocas del cauce, raíces de los árboles de la orilla, hierbas que tapizan algunas rocas….
El río Cochrane tiene las aguas más cristalinas de casi toda América.
Nosotros no pudimos llegar en el bote hasta el lago Cochrane. El nivel de agua del río no permitía navegar más arriba porque el bote tocaba fondo en algunos tramos que estaban más cargados de sedimentos.
El chico que conducía el bote, Andrés, nos dejó en un embarcadero improvisado en la zona de las Correntadas. También es improvisado un pequeño sendero al filo del agua que conecta con el sendero Los Carpinteros en su fase casi final.
Atravesamos zona de bosque y en teoría se podrían ver huemules. Pero no hubo suerte, como ya comenté.
Pasado un campamento se conecta con el sendero Los Coigües. Hay que superar un subida algo más dificultosa, pero se encuentra equipada con escaleras de madera que facilitan la subida
Unas pasarelas nos llevan hasta un gran mirador sobre el lago Cochrane y el nacimiento del río homónimo que se forma por el desagüe del lago.
El Lago presenta un increíble color azul que no te recuerda para nada la coloración que hemos encontrado remontando el río.
Abajo se puede ver la zona denominada de las Playas en donde era posible llegar y desembarcar con un río con más nivel de agua.
No resulta muy creíble con la gran cantidad de agua que vemos en el lago. Pero dijo Andrés que desde hace un tiempo están notando el descenso del nivel de agua del río.
El intenso color azul del lago Cochrane se extiende en la lejanía, allá dónde cambia su nombre a Pueyrredon es Argentina.
Se podría haber bajado caminando hasta este sector de Playa del lago Cochrane, pero luego tendríamos que volverlo a subir. Una pendiente bastante fuerte. Así que nos conformamos con esta imagen tan preciosa del lago y retornamos al bote por el mismo camino. Andrés se había quedado en el bote esperandonos.
También creo que existe otra tercera opción de que te suben en el bote y la vuelta la haces completa caminando hasta la guardería de la entrada
Un abanico de posibilidades para adaptarlas a los gustos y tiempos de cada visitante.
Ya dimos por finalizada la jornada de visitas.
Mañana tendremos que pensar en ir volviendo.
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