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En Chile Chico nos detuvimos para gestionar el alojamiento de esa noche. En el pueblo había cobertura telefónica.
Dimos un pequeño paseo por su nueva costanera peatonal. Es un balcón ideal a la inmensidad azul del Chelenko y su zona portuaria. A la que el día anterior llegamos ya tarde y en la que ni siquiera nos fijamos.
Lo cierto es que el transporte a través del lago conectando con Puerto General Ibáñez, acerca a Chile Chico a la ciudad de Coyhaique y la Carretera Austral sin tener que dar la vuelta al lago.
Como recuerdo de los primeros momentos de esta navegación está el buque “Los Andes” que se encuentra en una esquina de la Plaza de Armas y actualmente se dedica a museo.
A lo lejos y sobre un promontorio se puede ver el Mirador del Viento, o el Mirador de las Banderas, que debe tener amplias vistas. Nosotros no llegamos a subir.
Chile Chico goza de un microclima especial que le ha otorgado el apodo de “ciudad del sol”, por sus temperaturas agradables y abundancia de días soleados.
Y precisamente esa combinación es la que permite que en los alrededores de la población haya explotaciones agrarias que producen las cerezas, duraznos y peras más dulces del mundo.
De camino a Puerto Guadal se pueden ver algunas chacras con estos cultivos. Pero sobre todo se pueden contemplar de camino a Bahía Jara.
Ponemos rumbo a Puerto Guadal, dónde ya habíamos conseguido alojamiento.
Son 115 km. de carretera difícil. No es Carretera Austral, pero es considerada una de las carreteras escénicas más bellas.
Casi más que una carretera es un camino estrecho y vertiginoso, con grandes precipicios y curvas de 90º. Pero que tiene premio.
El premio es el paisaje. Y su mayor protagonista es la casi permanente presencia de los colores azules y turquesas del Lago General Carrera. Aderezado con otros componentes que iremos descubriendo.
La carretera es la misma que iniciamos en la mañana. La ruta 265 que coincide en el pueblo con la calle O’Higgins.
Los primeros kilómetros nos acompaña la estepa y grandes cordones montañosos sobre la misma. El Chelenko se va dejando ver entre cerros de colores.
En subida hasta el desvío a Bahía Jara. No nos desviamos porque dicha zona suele estar muy bien en verano, con su camping, balneario, deportes acuáticos…, y pensamos que, quizá, no merecería la pena el retrasarnos.
Como a 25 km. de recorrido aparece el Mirador de Laguna Verde.
El nombre de Laguna Verde es muy recurrente en Carretera Austral. Yo creo que nos encontramos varias lagunas verdes.
Es un mirador espectacular. La mejor visión es la de la llamada laguna de aguas verdes, que yo veo de color turquesa. El agua se distribuye entre islas y pequeñas penínsulas de rocas que parecen de origen volcánico. Dicen que sus aguas son salobres pero con propiedades medicinales.
También se puede ver como una laguna blanca. Es la laguna de la minera de Cerro Bayo. Según parece este mirador lo construyó la minera. Allí hay un cartel, ya deslucido, en el que explica el ciclo de producción del mineral
Como a los 50 kilómetros se encuentra la zona del Fachinal con sus, también, bonitas playas de arena.
Pero ya hemos tenido muchos vistazos sobre el Lago General Carrera.
El Paso de las Llaves es un trecho de unos 30 km. en que la carretera se vuelve más estrecha y serpenteante. Una carretera de cornisa, excavada sobre la roca viva y que transcurre, en algunos tramos, sobre un acantilado.
Se abrió en 1991.
En un par de veces la cornisa sube hasta una meseta rocosa alternando con bajadas y recorridos a nivel de lago.
En estas subidas tiene algún tramo con precipicio hacia las profundas y turbulentas aguas del Carrera. Al no estar resguardado, el viento suele empujar de lo lindo y son de temer las ráfagas.
Es vertiginoso.
Por suerte nosotros lo pasamos sin demasiado viento.
Ni que decir tiene que hay unas vistas estupendas, si el vértigo te deja verlas.
Yo iba preocupada por este tramo de carretera. Mi marido conducía. Luego dijo que no era para tanto.
La vegetación comienza a cambiar. Ya se hace más abundante el bosque andino y la humedad. Van apareciendo las montañas del Campo de Hielo Norte con las cumbres cubiertas por nubes.
Son estas nubes las que van otorgando a la superficie del lago distintas tonalidades. Las nubes se abren de vez en cuando y haces de luz resaltan sus colores o los llena de luminosidad. Los tonos turquesa se tornan plateados.
La desembocadura del río Avilés. El valle de este río es el protagonista de un gran treking que se comienza en el puente entre el río y la laguna Jeinimeni, como ya comenté.
Algunas cumbres dejan que veamos sus contornos cubiertos de nieve.
El Pueblo de Mallín Grande parece un pequeño y tranquilo pueblo.
Pasados casi 23 km. se pasa por el Puente el Maqui con la cascada homónima, o De los Maquis en las cercanías.
Un poco antes de llegar a Puerto Guadal, hemos llegado a nuestro destino. El Terra Luna Lodge.
Tenemos la Cabaña Cristal.
Con vistas como estas.
Puerto Guadal también es un lugar con microclima y temperaturas más cálidas. Y destaca por la belleza de sus vistas panorámicas a los cordones montañosos que rodean el lago más grande de Chile y, sobre todo, las del propio lago.
Se sitúa en una bahía cerrada del lago General Carrera y su bonita playa es conocida con el sobrenombre de Perla del Lago.
Esta población está muy demandada turísticamente. Es una de las mejores para alojarse..
En las afueras del pueblo sobresale el hotel Mirador del Lago, que no hubo forma de conseguir habitación libre ya que hay que reservar con mucha antelación.
Hay una atracción en esta carretera que realizamos dos días después pero que por situación geográfica la incluyo en esta etapa.
Cascada de los Maquis
Sabíamos algo de que estaba en una propiedad privada pero le habíamos preguntado a Philippe (director Terra Luna), y nos había dicho que se podía visitar, que las cascada era ya casi de dominio público.
A unos 5 km. de Puerto Guadal hay un puente sobre un río y un letrero que indica Puente el Maqui. Y un aparcamiento pasado el puente y el río. En la dirección Puerto guadal a Chile Chico.
Pues bien. Aparcamos el coche, vemos el puente, el riachuelo y vamos en ambas direcciones y no vemos cómo se puede acceder a la cascada que ya oímos. Todo está cercado y no hay abertura por donde entrar.
Casi que nos íbamos cuando pasó una chica en bicicleta que trabajaba en Terra Luna. Nos indica una dirección y no vemos ni puerta ni tranquera. Hasta que nos dijo claramente que hay que pasar la cerca saltando por encima de ella.
Eso hicimos. Saltamos la alambrada y siguiendo el curso del río nos dimos de frente con la cascada.
Son como tres saltos de agua escalonados, uno de ellos de 25 metros. Se encuentran rodeados casi al completo por bosques de ñirre y coigüe. El río recibe el mismo nombre de Los Maquis y va a desaguar al lago General Carrera.
El tema de las alambradas y vallas es un hándicap en esta zona de la Patagonia. Son todo terrenos privados y siempre tienes la duda de si estarás traspasando la legalidad entrando en una propiedad privada.
Esta atracción, además, está promocionada en los folletos turísticos de Puerto Guadal, de Chile Chico, incluso se incluye en La Ruta de los Parques de la Patagonia. También se encuentra englobada en la Zona de Interés Turístico Chelenko.
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