Días 24 y 25: 31 de agosto y lunes 1 de septiembre
Cuando decidimos bajar hasta el sur también decidimos bucear en los Cayos, en concreto en el John Pennekamp Coral Reef Park, pero no encontrábamos referencias de primera mano fiables de centros de buceo. Pero, casualidades de la vida, a través de una compañera de trabajo contactamos con un instructor de buceo cubano que vivía en Miami y con el que podríamos bucear.
No íbamos a bucear hasta por la tarde, así que no madrugamos demasiado, ya que desde Marathon a Key West hay una hora. Nos dio tiempo a hacer algunas compras, el check in en el hotel y recoger las cosas del buceo antes de llegar al centro y conocer a Tomás, nuestro guía para los dos días de buceo.
La verdad es que hacía un viento horrible y en cualquier otro sitio probablemente no hubiéramos salido en barco a bucear, pero los yanquis son así. Luego nos dijo el instructor que salen aunque esté fatal. El caso es que hicimos dos inmersiones muy poco profundas, ya que no se podía ir con el barco a otro sitio por el estado del mar. La visibilidad era muy poca y además, había un mar de fondo horrible, con lo que la cosa no fue demasiado agradable. Yo de hecho entre una inmersión y otra me mareé y al final de la segunda pensé que iba a comprobar que efectivamente se puede vomitar con el regulador puesto, pero no, por suerte pude llegar al barco y descargar allí. Menos mal que en el viaje de vuelta se me pasó.
En el centro de buceo me vendieron unas pastillas que parece eran más fuertes que la Biodramina y, no sé si por eso o por qué, por suerte, el día siguiente salió algo mejor, pero funcionaron.
Después de bucear pasamos por el hotel y fuimos a cenar a un cubano que nos recomendó el instructor y también la dueña del centro de buceo. Todo muy rico y los camareros muy amables. Se llama DJ Dinners.
El día 1 de septiembre sí buceamos por la mañana. En realidad era la inmersión estrella, el USS Spiegel Grove, un destructor hundido para para convertirlo en un arrecife artificial en el 2002, de 160 m de manga y 26 de eslora, con su parte más baja a algo más de 40 m.
Este tampoco salió un buen día, pero el mar estaba algo mejor, aunque cuando te tirabas al agua la corriente te enviaba un montón de metros lejos del barco y había olas de casi dos metros.
La experiencia IMPRESIONANTE, sobretodo porque lo vas viendo crecer a medida que vas bajando por el cabo que está amarrado a un mástil del barco. Hemos estado por fuera y un poco por dentro, viendo los baños, los motores del barco…
No íbamos a bucear hasta por la tarde, así que no madrugamos demasiado, ya que desde Marathon a Key West hay una hora. Nos dio tiempo a hacer algunas compras, el check in en el hotel y recoger las cosas del buceo antes de llegar al centro y conocer a Tomás, nuestro guía para los dos días de buceo.
La verdad es que hacía un viento horrible y en cualquier otro sitio probablemente no hubiéramos salido en barco a bucear, pero los yanquis son así. Luego nos dijo el instructor que salen aunque esté fatal. El caso es que hicimos dos inmersiones muy poco profundas, ya que no se podía ir con el barco a otro sitio por el estado del mar. La visibilidad era muy poca y además, había un mar de fondo horrible, con lo que la cosa no fue demasiado agradable. Yo de hecho entre una inmersión y otra me mareé y al final de la segunda pensé que iba a comprobar que efectivamente se puede vomitar con el regulador puesto, pero no, por suerte pude llegar al barco y descargar allí. Menos mal que en el viaje de vuelta se me pasó.
En el centro de buceo me vendieron unas pastillas que parece eran más fuertes que la Biodramina y, no sé si por eso o por qué, por suerte, el día siguiente salió algo mejor, pero funcionaron.
Después de bucear pasamos por el hotel y fuimos a cenar a un cubano que nos recomendó el instructor y también la dueña del centro de buceo. Todo muy rico y los camareros muy amables. Se llama DJ Dinners.
El día 1 de septiembre sí buceamos por la mañana. En realidad era la inmersión estrella, el USS Spiegel Grove, un destructor hundido para para convertirlo en un arrecife artificial en el 2002, de 160 m de manga y 26 de eslora, con su parte más baja a algo más de 40 m.
Este tampoco salió un buen día, pero el mar estaba algo mejor, aunque cuando te tirabas al agua la corriente te enviaba un montón de metros lejos del barco y había olas de casi dos metros.
La experiencia IMPRESIONANTE, sobretodo porque lo vas viendo crecer a medida que vas bajando por el cabo que está amarrado a un mástil del barco. Hemos estado por fuera y un poco por dentro, viendo los baños, los motores del barco…
La segunda inmersión ha sido en otro pecio, el Benwood, un mercante que se hundió tras chocar con otro barco. Este tiene 110 m de manga y 16 de eslora. Está mucho menos profundo, lleno de vida y con una luz preciosa.
Tras el estupendo día de buceo nos despedimos de los chicos con los que buceamos, que habían venido desde Miami con Tomás y quedamos para cenar al día siguiente, que era cuando llegábamos nosotros.
Después fuimos a comer a un sitio muy curioso que se llama Willie T's, también recomendado por el centro de buceo. Lo más típico de este restaurante son los aros de cebolla con coco y fingers de mahi-mahi. Todo riquísimo. Lo siguiente más típico es que las pardes y el techo están repletos de billetes de 1 dólar que la gente escribe y coloca. Por supuesto, nosotros dejamos el nuestro.
Después tocaba colada, arreglo de maleta y a la calle a cenar. Hemos buscado un par de sitios que no habían recomendado, pero estaban cerrados, así que hemos vuelto al mismo sitio donde hemos comido, esta vez gambas y tarta de “peanuts”.
Después fuimos a comer a un sitio muy curioso que se llama Willie T's, también recomendado por el centro de buceo. Lo más típico de este restaurante son los aros de cebolla con coco y fingers de mahi-mahi. Todo riquísimo. Lo siguiente más típico es que las pardes y el techo están repletos de billetes de 1 dólar que la gente escribe y coloca. Por supuesto, nosotros dejamos el nuestro.
Después tocaba colada, arreglo de maleta y a la calle a cenar. Hemos buscado un par de sitios que no habían recomendado, pero estaban cerrados, así que hemos vuelto al mismo sitio donde hemos comido, esta vez gambas y tarta de “peanuts”.
JONH PENNENKAMP CORAL REEF: http://pennekamppark.com/
ALOJAMIENTO MARATHON:
HAMPTON INN:
http://hamptoninn3.hilton.com/en/hotels/florida/hampton-inn-key-largo-fl-KYLGOHX/index.htmll