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Después del desayuno buffet en el hotel (bastante bueno; por lo menos puedes evitar comer siempre lo mismo) emprendemos camino nuevamente.
Nos dirigimos hacia la Baie St Paul, para hacer una parada panorámica. Baie-Saint-Paul es una ciudad de la provincia de Quebec, ubicada en el condado regional de Charlevoix. Dicen que desde hace mucho tiempo es un lugar de inspiración para pintores y poetas y muchos artistas se han instalado allí. Cuenta igualmente con varias galerías de arte.
También es famosa la industria de elaboración de quesos (aunque eso, lamentablemente, me lo perdí).
Conocida a menudo como el granero de Québec, Côte-de-Beaupré tiene profundas raíces agrícolas que se remontan a las Primeras Naciones y a los primeros colonos de Nueva Francia. Hoy en día se encuentran muchos productos frescos de granja en toda la región. Côte-de-Beaupré es conocida, además, por sus numerosas cascadas y gargantas.
La Basílica de Santa Ana de Beaupré está en la localidad homónima, junto al Río San Lorenzo, 30 km al este de la ciudad de Quebec. Está acreditada por la Iglesia Católica con muchos milagros de curas de enfermedades. Es un importante santuario del catolicismo, con cerca de medio millón de peregrinos que la visitan cada año. El periodo de mayor número de visitas es el 26 de julio, el día de la fiesta de Santa Ana, santa patrona de Quebec, junto con San Juan Bautista. Pues, siendo así, me gustaría saber por qué el guía nos dio la excusa de que no podíamos parar para verla bien porque hacían pagar para estacionar el bus (hombre, con el dinero que hemos pagado, digo yo que para un rato de aparcamiento habría).
La basílica fue construida por dos razones: tener un espacio para el culto para los nuevos habitantes del área y albergar una estatua de Santa Ana.
Antes de la construcción de la basílica, se construyó una capilla en 1658. La devoción a Santa Ana en el Canadá se remonta a los comienzos de la Nueva Francia. Fue llevada allí por los primeros colonizadores y misioneros. Los pioneros pronto comenzaron a labrar el fértil suelo de las laderas de las colinas de Beaupré y la primeras casas se edificaron en 1650 en la región que ahora forma la parroquia de Santa Ana de Beaupré. No tardaron mucho los colonos en construirse una capilla donde poder reunirse para el culto cristiano.
Uno de ellos, Etienne Lessard, ofreció donar la tierra que las autoridades consideraran adecuada. Por lo tanto, el 13 de marzo de 1658 un misionero, el Padre Vignal, vino a escoger el lugar y a bendecir los fundamentos de la propuesta capilla, la cual por consenso general, sería dedicada a Santa Ana. El mismo día la santa "mostró" lo feliz que estaba sanando a Louis Guimont, un habitante de Beaupré, quien sufría terriblemente de reumatismo en la espalda. Lleno de confianza en Santa Ana, Guimont colocó tres piedras en los cimientos del nuevo edificio, tras lo cual se encontró de pronto completamente curado de sus dolencias. Fue el primer milagro de muchos.
A petición de Monseñor de Laval, primer obispo de Quebec, los canónigos de Carcassonne, enviaron a Beaupré la reliquia del hueso de un dedo de Santa Ana, que fue expuesto por primera vez para veneración el 12 de mayo de 1670. Ahora hay tres reliquias más de la santa.
La vieja iglesia se usó para el culto hasta 1876, cuando fue sustituida por otra. La primera basílica (cuarta iglesia) fue destruida por el fuego en 1922 y fue reemplazado por la actual basílica (quinta iglesia), cuya construcción terminó en 1926. Se trata de un templo construido en estilo ecléctico, mezcla de neorrománico y neogótico. El Papa León XIII la elevó al rango de basílica menor el 5 de mayo de 1887; el 19 de mayo de 1889 fue solemnemente consagrada por el Cardenal Taschereau, Arzobispo de Québec.
Está construida en forma de cruz (algo que se aprecia desde el aire) y tiene una altura de unos 100 metros desde el piso hasta la punta de los campanarios (que parecen hechos con aluminio). La fachada está dedicada a Santa Ana, como no podía ser de otro modo. Se representa a la santa en toda su gloria. A sus pies, un largo friso ilustra momentos importantes de la historia de la sociedad de Quebec. Justo encima, el Ángel del Peregrino vela por los fieles que visitan a Santa Ana cada año. Finalmente, en lo alto, los 12 apóstoles encuadran el rosetón de la gran ventana.
Diferentes estatuas decoran la fachada: la Virgen, San José, San Joaquín, San Juan Bautista, Monseñor Francisco de Laval y María de la Encarnación. Las puertas principales de la Basílica están recubiertas de cobre y presentan diversas escenas de la vida de Jesús. Sobre el pináculo, entre las dos torres de los campanarios, se encuentra la estatua de Santa Ana, que fue salvada del incendio de 1922.
En su interior la basílica alberga una estatua de la santa tallada en una pieza maciza de roble adornada con diamantes, perlas y rubíes colocada sobre una columna.
Además, hay vidrieras y mosaicos.
En el nivel inferior de la Basílica se encuentra la Capilla de la Inmaculada Concepción, dedicada a la Virgen María, la hija de Santa Ana. De arquitectura típicamente neorrománica, la capilla está decorada con pinturas.
En la plaza de delante hay una fuente moderna con una estatua de santa Ana con la Virgen niña (su hija) en brazos. Fue inaugurada en 2008, durante las celebraciones del 350 aniversario del Santuario y tiene diez metros de altura. La estatua se sitúa en una especie de concha de 4 metros de diámetro de la que brota el agua.
También en el exterior, la Capilla Conmemorativa es el recuerdo de la tercera iglesia, que fue erigida en 1878 sobre los cimientos del transepto de la iglesia de 1676. Los materiales, los ornamentos y la torre del campanario de 1788, recuperados de la vieja iglesia, fueron integrados a la construcción de la Capilla.
Recientemente ha salido en tv a raíz de la visita a Canadá del Papa Francisco. El Pontífice acudió a Canadá del 24 al 30 de julio de 2022 para presentar las disculpas en persona en la tierra de los pueblos indígenas. En mayo de 2021, Canadá se vio sacudida por el hallazgo de un cementerio que había permanecido oculto y en el que yacían más de 200 niños indígenas en los terrenos de una antigua escuela de Columbia Británica. Se han encontrado más de 1300 tumbas sin nombre en todo Canadá. Recientemente se encontraron más cuerpos.
Las poblaciones indígenas fueron sometidas a controles estrictos y afrontaron persecuciones a nivel nacional a partir de la Ley India en 1876. Esta importante disposición forzó a las poblaciones indígenas a vivir en reservas designadas; esto limitaba sus movimientos y obligaba a las familias y los niños a abandonar sus hogares (Cecco, Michael y Voce, 2021). Además, los adultos y los niños por igual eran llevados a instituciones diseñadas para despojarlos de su patrimonio cultural, su lengua, su identidad y sus costumbres. La primera escuela residencial de Canadá fue el Instituto Mohawk, que abrió sus puertas en 1831 para separar por la fuerza a niños indígenas de sus familias e institucionalizarlos. Esta institución era administrada por la Iglesia y recibía fondos del Gobierno.
En 1920, una modificación de la Ley India obligó a los niños aborígenes de entre 5 y 7 años a asistir a las escuelas residenciales. Se les prohibía hablar en su lengua materna o hacer cualquier cosa propia de su cultura. Miles de niños fueron víctimas de abuso físico, sexual y mental por parte de quienes trabajaban en las escuelas.
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