Ya comenté en la entrada anterior que el Vieux Québec, la parte histórica y más bonita, se divide en dos.
La parte situada en la cima de los acantilados del Cabo se llama Ciudad Alta (Haute Ville) y la zona a sus pies, entre los acantilados y el río, es la Ciudad Baja (Basse Ville).
La parte Alta se comunica con la Baja mediante una empinada calle (Côte de la Montagne), aunque encontramos un atajo en una escalera (la Escalier Casse-Cou, que literalmente significa escalera rompecuellos, fácil de bajar pero muy cansada para subir), y también mediante un funicular. Ya hablaré de ello más adelante.

En Haute Ville, evidentemente, destaca el Chateau Frontenac, del que ya he hablado, y que suele servir de punto de referencia. Pero hay mucho más.
Junto al Chateau Frontenac encontramos la Place d’Armes. La zona alrededor de esta plaza está llena de restaurantes y bares. La plaza se construyó entre 1640 y 1648 por orden del gobernador Montmagny para servir como lugar de ejercicio militar
Aquí se realizaban antiguamente la instrucción y los desfiles militares pero a principios del siglo XIX, y con la existencia de la Ciudadela, la Place d’Armes perdió su función militar. Actualmente, es una bonita plaza ajardinada rodeada de imponentes edificios en cuyo centro se encuentra el Monumento a la Fe, una escultura neogótica colocada sobre una fuente. La estatua se instaló en 1916 y mide 12 metros. En una de sus manos, con el brazo alzado, sostiene una cruz mientras que en la otra mano lleva una hoja de palma. Se erigió para conmemorar el tricentenario de la llegada de los Recoletos a Quebec.
Como comenté, la plaza está rodeada de edificios de interés. A un lado, como dije, queda el Chateau Frontenac. Al sur encontramos el antiguo palacio de justicia y la Catedral anglicana de la SantísimaTrinidad, al oeste.
El edificio llamado Gérard-D. Levesque es la sede del Ministerio de Finanzas de Quebec. Albergó el palacio de justicia de Quebec y el Tribunal de Apelación de Quebec entre 1887 y 1983. Tiene cuatro plantas y está inspirado en el estilo Segundo Imperio. En la esquina de la rue Saint-Louis y la rue du Trésor hay una torre de reloj con un pórtico de tres arcadas. El edificio está decorado con motivos heráldicos relacionados con la historia de Quebec.
Antes de su construcción, el solar fue ocupado por varias instituciones: el Senescal de Quebec (1651-1663), el Consejo Soberano de Nueva Francia (1663-1667), la iglesia y el monasterio de los Récollets (1671-1796- de ahí la estatua de la fe) y el primer palacio de justicia en Quebec (1799-1873).
La catedral anglicana de la Santísima Trinidad fue el primer lugar de culto construido en estilo neoclásico fueras de las Islas británicas para servir al culto anglicano. La diócesis se fundó en 1793 y el primer obispo, Jacob Mountain, supervisió la construcción de la catedral entre 1800 y 1804.
Los bancos se construyeron con madera de robles del Bosque real de Windsor. La iglesia actual se encuentra en el lugar donde hubo una Iglesia y un monasterio de los recoletos, destruidos en un incendio en 1796.
Se trata de la tercera iglesia más grande de Quebec después de Saint Roch y la Basílica catedral de Notre Dame. Mientras estaba en construcción, el rey Jorge III ordenó un servicio de comunión de plata para la nueva Catedral, que sigue siendo al día de hoy uno de los mejores ejemplos de plata georgiana. Cuando visitamos la ciudad, la iglesia estaba en obras y no entramos. No es gratis. Alberga dos parroquias: la parroquia de Quebec y la Paroisse de todos los santos.
Tiene bastante fama la Rue du Trésor aunque a mí no me pareció gran cosa. Se trata de la calle empedrada que une el Château Frontenac y la Basílica-Catedral de Notre-Dame de Québec y está llena de pinturas y reproducciones varias. En las guías de Canadá dice que los que las venden son los pintores; nuestro guía nos dijo que en realidad son comerciantes que trabajan con los artistas. Unos pintan; los otros se dedican a vender el producto.
Durante el Régimen francés, los colonos venían a esta calle para pagar sus impuestos al tesoro real que una vez estuvo aquí (de ahí el nombre du Trésor). En la década de 1960, un par de artistas decidieron exhibir algunas de sus pinturas en esta calle. Otros artistas pronto siguieron su ejemplo, todos interesados en mostrar sus obras a los turistas y aficionados al arte. La Rue du Trésor se hizo tan popular como lugar de venta de arte que se fundó la Association des Artistes de la Rue du Trésor (AART) para promover y supervisar la venta.
En el número 17 de la Rue Saint Louis encontramos la casa Maillou, una casa de piedra de dos pisos, techo a dos aguas y altas chimeneas. Construida alrededor de 1737 como una estructura de una sola planta por Jean-Baptiste Maillou, uno de los terratenientes más importantes de la época, la casa se elevó una planta en 1767.
Se amplió a nivel del suelo en 1799, se elevó una planta en 1805 y se añadió un anexo trasero entre 1828 y 1831. La Casa Maillou es típica de la arquitectura doméstica tradicional del régimen francés, un estilo que continuó hasta principios del siglo XIX y es un buen ejemplo de la residencia urbana de un ciudadano acomodado del Bajo Canadá. Los ingenieros reales construyeron dos dependencias en 1830 para que sirvieran como establo y cobertizo de almacenamiento, junto con el muro de piedra, durante el tiempo que la casa estuvo en manos del ejército británico.
La Maison François-Jacquet-Dit-Langevin, construida a finales del siglo XVII, es una de las residencias más antiguas de todo Québec. En 1675, la mayoría de los quebequenses vivían en la Ciudad Baja, cerca del río. Las propiedades de la Ciudad Alta se dividieron entre las comunidades religiosas y las autoridades civiles y militares. Sin embargo, con una población en crecimiento y las condiciones de hacinamiento al pie de Cape Diamond, los terratenientes más grandes se vieron obligados a vender algunas propiedades de Upper Town.
Este fue el caso de este terreno vendido por las monjas ursulinas al maestro techador François Jacquet dit Langevin en 1674. Al año siguiente construyó una casa de madera en la propiedad y, hacia 1690, la reconstruyó en piedra labrada. La Maison Jacquet era pequeña y, por lo tanto, fácil de calentar. Tenía paredes muy gruesas y se podía acumular muy poca nieve en su empinado techo a dos aguas con buhardillas. Los cristales de sus ventanas cerradas consistían en pequeños cuadrados de vidrio. Esta residencia de un piso y medio también tenía un pequeño sótano para almacenar verduras durante el invierno y un ático para cereales y legumbres (principalmente trigo y guisantes). En el interior, los techos con vigas vistas y los armarios empotrados son de inspiración francesa.
Originalmente la propiedad tenía un patio con un establo, una leñera, una huerta, letrinas y un pozo.

A principios del siglo XIX, la casa original era demasiado pequeña por lo que en 1795 agregaron una extensión que contenía una enorme cocina. Un segundo bloque principal se levantó unos 20 años después. Al principio tenía solo un piso y medio, como la primera casa, pero luego se le agregó otro piso. Desde 1966 hay allí un restaurante muy famoso llamado Aux Anciens Canadiens (se reconoce por su tejado rojo- 34 Rue Saint-Louis). No sé decir si es bueno o no; sí sé que nos lo recomendaron y nos dijeron que se especializaba en comida de caza. Lo que sí que puedo decir es que no es barato. Lo más razonable puede ser el menú del día (49,85 dólares canadienses más impuestos y propinas aunque con un descuento de más de 13 dólares si vas antes de las 5 de la tarde).
Louis Liénard de Beaujeu de Villemonde, propietario de la casa de 1754 a 1766, era un militar que alquilaba el local a otros oficiales. Después de la conquista británica, el gobernador militar determinó que la casa fuera el lugar de reunión del consejo militar que gobernaría Quebec hasta que se pudiera establecer un gobierno civil. El consejo se reunió allí desde 1760 hasta 1764. Antoine Juchereau Duchesnay (1740-1806), yerno del anterior, fue el siguiente propietario. Duchesnay fue un político y hombre de negocios rico e influyente, oficial del ejército y de la milicia, miembro del Consejo Ejecutivo del Bajo Canadá y señor de Beauport, Fossambault, Gaudarville y Saint-Roch-des-Aulnaies. John Mervin Nooth, que vivió en la casa desde 1785 hasta 1799, fue superintendente de hospitales militares para la Norteamérica británica. John Hale (1765-1838), que vivió en la casa desde 1799 hasta 1815, fue Subdirector General de Pago de las tropas británicas, Inspector General de Cuentas Públicas, miembro del consejo legislativo de Quebec, comandante de la milicia, juez de paz de Quebec, Montreal y Trois-Rivières, y señor de Saint-Anne-de-la-Pérade. Construyó una extensión de un piso a la casa para que sirviera como oficina para el tesoro del ejército británico.
John Mervin Nooth, que vivió en la casa desde 1785 hasta 1799, fue superintendente de hospitales militares para la Norteamérica británica. John Hale (1765-1838), que vivió en la casa desde 1799 hasta 1815, fue Subdirector General de Pago de las tropas británicas, Inspector General de Cuentas Públicas, miembro del consejo legislativo de Quebec, comandante de la milicia, juez de paz de Quebec, Montreal y Trois-Rivières, y señor de Saint-Anne-de-la-Pérade.

La corona adquirió la propiedad en 1815 y las oficinas del Comisariado, Pagos y Facturas del Ejército encargadas de aprovisionar a las tropas se ubicaron allí desde 1815 hasta 1871. Sirvió como la oficina del administrador principal del ejército británico así como el tesoro militar. Después de 1843, también sirvió como alojamiento para altos funcionarios administrativos. Después de que las tropas británicas abandonaran Canadá en 1871, la casa se utilizó como cuartel general de la milicia local durante casi 60 años. Desde entonces ha sido utilizado por las fuerzas de reserva locales y como sede de la Cámara de Comercio de Quebec.
El ayuntamiento de Quebec fue inaugurado oficialmente en 1896 y fue construido en el antiguo emplazamiento del colegio jesuita desde la década de 1730 hasta 1878. Desde 1842 hasta 1896 el ayuntamiento se encontraba en la casa del mayor general William Dunn del Ejército Británico, hijo del antiguo administrador Thomas Dunn (teniente de gobernador), situada en la Rue Saint-Louis y la Rue Sainte-Ursule. Antes de 1842 el gobierno de la ciudad se encontraba disperso por varios edificios. El que vemos actualmente es una mezcla de estilos y tiene un poco de aire de castillo francés.

Delante hay una fuente de ésas de chorritos de agua en la que tanto disfrutan los niños (que se lo digan al mío).
Hasta mediados del siglo XX se conoció a la actual plaza del ayuntamiento como Place Notre-Dame o Place de la Basilique, justamente porque el templo está a unos pocos pasos. En verano, aquí actúan artistas públicos mientras que en invierno los stands de madera del mercado navideño se instalan desde finales de Noviembre hasta finales de Diciembre.
En la misma plaza del ayuntamiento debemos fijarnos en un enorme reloj, el llamado Richard Mille Clock. Fue un regalo que se hizo a la ciudad en 2008, en los 400 años de su fundación. El Cantón suizo de Jura celebró su hermanamiento con la provincia canadiense de Quebec regalándole un monumental reloj mecánico fabricado en la manufactura de Richard Mille en colaboración con la Universidad de Porrentruy y Neuchâtel.
El artilugio pesa dos toneladas y mide 3,5 metros de altura. Tardó en hacerse cuatro años. El reloj necesitó en concreto 6.571 horas de desarrollo, 5.451 componentes y otras 3.952 horas de montaje y ajuste. La caja de es acero inoxidable y recuerda el diseño dinámico y curvo de las cajas tradicionales de Richard Mille.

El mecanismo tiene dos caras que muestran dos pantallas diferentes: por un lado se puede ver la hora y los minutos, mientras que la otra cara muestra los segundos, minutos, horas y un calendario perpetuo. En total, el reloj cuenta con 3.600 partes de latón, acero inoxidable, titanio, aluminio, cerámica y rubí, que pueden verse a través del cristal antirreflectante que muestra el movimiento. En realidad se llama Horloge Porte- bonheurE.
Muy cerca hay una bonita tienda de Navidad.
En 1927, John Herbert y Arthur Clifford Price, que habían heredado la próspera empresa maderera Price Brothers Limited tras el fallecimiento en 1924 de su padre, Sir William Price III, decidieron construir una nueva sede para la empresa en Quebec. Y el lugar elegido fue un solar enfrente del ayuntamiento.
Los Price tenían la idea de un bloque de 16 plantas y se lo encargaron al prestigioso estudio Ross and Macdonald de Montreal.
La administración local puso el grito en el cielo. Para hacer lo que ya se veía iba a ser un hito arquitectónico se tuvieron de derribar dos casas históricas. Y pensemos que nos encontramos en el Viejo Quebec y hace cien años. El edificio iba a desentonar sí o sí. Pero los ciudadanos estaban encantados de dar esa imagen de modernidad.
La piedra angular del edificio tiene una inscripción que reza: «Esta piedra fue colocada el 29 de octubre de 1929». En 1931 ya se había inaugurado. Pero resulta que la Gran Depresión afectó gravemente a la empresa de los Price, que fue a la quiebra.

En 1983 el edificio Price fue adquirido por el ayuntamiento para albergar las oficinas de su división de ingeniería civil. Se añadieron dos plantas más, una terraza y se instalaron ascensores. En 2001, las plantas 16.ª y 17.ª se convirtieron en la residencia oficial del primer ministro de Quebec.
El Edificio Price fue construido en el estilo art déco popular en la época, al igual que el vecino Hotel Clarendon, cuya ampliación se completó unos años antes, con forma de tarta de bodas. Hay algunos motivos geométricos tallados en las piedras que revisten la fachada, sobre todo en los pisos más bajos. Se corona con una cubierta de cobre clásica.
Nos dijeron que el edificio Price sirvió de inspiración (a saber si es cierto) para el Empire State Building.
En 2002 se instaló un memorial en la Rue Sainte-Anne, entre el Edificio Price y un conjunto de casas adosadas que hay a su derecha. Se trata del llamado L’Homme-rivière (el hombre río), una estatua que representa a un conductor de troncos trabajando. El conductor de troncos recuerda los orígenes del edificio, cuando era sede de la empresa maderera de los Price.
La Basílica Catedral de Notre Dame es la parroquia católica más antigua al norte de México. Fue también la primera iglesia en América del Norte en ser elevada al rango de basílica menor por el Papa Pío IX en 1874. Su construcción fue ordenada en 1633 por Samuel de Champlain, el fundador de Quebec. A pesar de los numerosos incendios que sufrió, su fachada data del siglo XVIII y sus ventanales son una clara muestra del trabajo artesanal francés.

El interior fue diseñado por Jean Baillairgé y su hijo François entre 1786 y 1822. En 1843, hijo de François, Thomas, propuso una reconstrucción de la fachada para parecerse a la iglesia de Sainte-Geneviève de París. Es neoclásica.
En su 350 aniversario en 2014, se construyó una puerta santa (una de siete en el mundo).
En el interior hay una lámpara que fue un regalo de Luis XIV. También encontramos un espectacular baldaquín creado por el prestigioso arquitecto Charles-Philippe-Ferdinand Baillairgé.

Pero lo más significativo, sin duda, es que alberga la tumba de san Francisco de Laval (a quien también se le dedica un pequeño museo). San Francisco de Laval fue el Primer Obispo Prelado de Quebec y el fundador del Seminario de Quebec. Además de diversos nombramientos clericales, Laval fue Gobernador General de la Nueva Francia de forma provisional en dos ocasiones, en 1663 y en 1682. Fue canonizado en 2014 por su intensa labor apostólica durante 30 años y su férrea defensa de los nativos.
Miembro de una prominente familia, Laval renunció a su título y a su derecho de primogenitura en favor de su hermano menor y se embarcó hacia América. El barco en el que viajaba salió de La Rochelle el día de Pascua de 1659 y llegó a Quebec el 16 de junio del mismo año. Toda la colonia estaba congregada en el malecón, al igual que muchos nativos.

El mismo día de su llegada Monseñor de Laval ya bautizó un niño hurón y fue a la cabaña de un moribundo para administrarle los últimos sacramentos. Más tarde bautizó al jefe de los iroqueses, Garagonthié.
Tan pronto como desembarcó en Quebec, el obispo constató los efectos desastrosos de la bebida entre los indígenas dado el alto consumo de alcohol. Estas bebidas alcohólicas eran importadas de Francia y se las daban a cambio de pieles. Monseñor de Laval se opuso a esa práctica. Los comerciantes, furiosos, levantaron la población contra el obispo. No pudiendo hacer disminuir o frenar este comercio por las buenas, el obispo excomulgó a los cristianos que seguían este comercio. Eso le comportó la enemistad con personalidades notables e incluso con algunos gobernadores. En 1679 monseñor de Laval obtuvo lo que quería. El rey Luis XIV decretó la prohibición de la venta de alcohol a los nativos.

Parece que tampoco se mantuvo quietecito en un palacio sino que recorrió incansablemente el territorio que tenía adjudicado, a pie, sin importarle el hambre o el frío. Cuando murió había donado todos sus bienes a los pobres.
A su muerte en 1708, monseñor de Laval fue sepultado en su catedral. Con el paso del tiempo su ubicación exacta había quedado en el olvido, pero en 1878, después de algunos trabajos de excavación, unos obreros desenterraron varias tumbas episcopales entre ellos el ataúd de Monseñor de Laval. Sus restos fueron trasladados al Seminario de Quebec, en el mismo año, para respetar su deseo de ser enterrado en su Seminario, que no pudo ser respetado desde el principio debido al incendio de la capilla del Seminario en 1705.
En 1950, los representantes del Seminario decidieron instalar la tumba de François de Laval en un mausoleo contiguo a la capilla exterior del Seminario de Quebec para facilitar el acceso a su tumba. Cuando la capilla exterior del Seminario cerró el acceso al culto, tuvieron la idea de construir una capilla nueva, esta vez al interior de la Basílica Catedral Notre Dame. Las obras empezaron en 1992 y terminaron en 1993.
La sepultura que podemos ver es muy moderna. Las escultoras Jules Lasalle y Marion Ducharme fueron las autoras de la escultura yacente en bronce. Esta obra representa a san François de Laval con su vestimenta de sacerdote y los ojos abiertos.

El mapa geográfico en el suelo, en relieve y en granito negro, muestra la inmensa diócesis de Quebec en el siglo XVII. Se trata de la primera diócesis católica en América del Norte, fundada en 1674, en donde el primer obispo fue François de Laval.
Encontramos un monumento a Laval en la esquina de rue du Fort y de la Montagne. Se construyó en 1908.
En la calle Cote de la Fabrique encontramos el enorme edificio del Seminario de Quebec. Fue fundado en 1663 por François de Laval para formar sacerdotes, algo de lo que carecía la recién fundada colonia.
Se considera el instituto de enseñanza superior más antiguo de Canadá. En 1852 la universidad, la actual Universidad Laval, creció en el interior de sus muros y permaneció ahí hasta que en 1950 se inauguró la ciudad universitaria en Saint-Foy. Tiene un patio interior, al que se puede acceder gratis, y tres secciones a su alrededor. En una de las fachadas hay un reloj de sol de 1681.

Una parte de los edificios (el Vieux-Séminaire) es hoy la Escuela de Arquitectura de la Universidad Laval. En el llamado edificio Camille-Roy encontramos los archivos de la Archidiócesis de Quebec. Desde su fundación se reunió la que fue una de las primeras bibliotecas de Nueva Francia. La colección fue aumentando con el tiempo y allí se encuentran las primeras Ediciones de los viajes de Cartier o Champlain. Como François de Laval formaba parte del Consejo Soberano, se conservan cartas y documentos muy importantes sobre la colonia así como planos o mapas desde el 1500.
Côte de la Fabrique es una de las calles más antiguas de la ciudad de Québec y aparece en los primeros mapas de la ciudad en el siglo XVII. Con el tiempo, se llenaría de tiendas de lujo y también sería muy frecuentada por poetas. Establecida en 1847, Librairie Crémazie se convirtió rápidamente en un lugar de encuentro para los amantes de la literatura francófona, especialmente después de que se expandiera bajo la dirección del hermano del fundador, el poeta Octave Crémazie. Fue frecuentado por novelistas, poetas e historiadores, que incluso se reunían en la trastienda para discutir sobre literatura.
La calle fue trazada como aparece hoy justo al inicio de la colonia en el siglo XVII. Su nombre proviene de la asamblea de laicos encargados de administrar los bienes materiales de la parroquia, conocida como “fabrique paroissiale”. La parroquia en cuestión se creó en 1656. La iglesia hoy es la catedral de Notre Dame.
En el siglo XIX, Côte de la Fabrique se convirtió en un lugar de comercio. En ese momento, la plaza frente a la iglesia era el sitio del mercado público de Upper Town. Como dije, con el correr del tiempo se vendían muchos artículos de lujo. A partir de 1878 un tranvía de caballos unía esta calle con la Rue Saint Jean.

En 1936, abrió sus puertas el Empire Theatre. Fue adquirido recientemente por La Maison Simons, que tiene una tienda en el edificio contiguo desde 1870. Ampliaron la tienda pero conservaron la hermosa fachada art decó.
El Monasterio de las Ursulinas es la institución educativa para mujeres más antigua de Norteamérica. Se fundó en 1639 por parte de Maria de la Encarnación y con ayuda de una viuda rica llamada Marie Madeleine de la Peltrie. Tres años más tarde el convento se trasladó donde está actualmente el monasterio, un solar cedido por la Compañía de la Nueva Francia. El convento original se quemó en 1650. Sufrió gravemente el asedio y bombardeo de Quebec en 1690 y un segundo asedio por parte del general James Wolfe en 1759. Las monjas tuvieron que refugiarse en el Hospital General de Quebec, al oeste de la ciudad. El general Montcalm fue enterrado en la capilla del convento.
El primer gobernador británico, Murray, usó una parte del monasterio como cuartel general.
Las primeras alumnas que tuvo fueron nativas americanas.

Hoy encontramos la capilla de las Ursulinas (a la que entramos) y un museo. Aún funciona como escuela, aunque desde 2010 también admite a niños, no solo a niñas.
La fundadora, como dije, era María de la Encarnación, nacida como Marie Guyart en Tours en 1599. Desde muy pequeña ya parece que supo que sería monja. Pese a eso, sus padres la casaron a los 17 años. De su matrimonio tuvo un hijo. Muy poco después se quedó viuda, con deudas y un niño. Pese a que sus padres pensaron es que lo mejor era que se volviera a casar, su vocación religiosa era muy fuerte.

En 1631 ingresó en el convento de las ursulinas en Tours pero con la idea de ser misionera y maestra. Gracias a la ayuda de la rica Madeleine de la Peltrie conseguirá el dinero necesario para fundar un monasterio en Quebec. María de la Encarnación se dedicó a convertir al catolicismo a niñas de las tribus montagnais, abenaki, hurón e iroquesa, a las que también instruyó.
También documentó todos los hechos de la colonia de su tiempo, en muchos casos en su correspondencia con su hijo. Así, habló del terremoto de Quebec de 1663, el comercio de alcohol entre colonos y nativos, la epidemia de viruela que fue tan dura con los pueblos indígenas o las guerras franco-iroquesas. Se la ha considerado por ello como la autora de la primera mención en francés de la identidad canadiense de los colonos (por una carta de octubre de 1666).
Murió pasados los 70 años y su tumba (moderna) se encuentra en la capilla (en la que hay una vidriera de la monja enseñando a unas niñas nativas).
www.monastere3d.com/ ...ombeau.jpg
Por su parte, Madeleine de la Peltrie era una viuda rica desde los 22 años. Su gran deseo era embarcarse hacia Nueva Francia y dedicarse por entero a la religión, algo que consiguió en 1639 junto a María de la Encarnación, otra ursulina llamada Marie de Saint-Joseph y la criada Charlotte Barré. Su ayuda económica fue esencial para la fundación del convento.
Nada más llegar a Quebec se dedicó a la ardua tarea de convertir a los nativos, principalmente hurones, a los que enseñó francés, lectura y aritmética. Posteriormente, en 1641, colaboró en la creación de una colonia en la isla de Montreal. Madeleine de la Peltrie participó, junto con otros 43 colonos en la isla de fundación de la ciudad de Montreal. Ya hablaré de ello en el momento oportuno.
