Después de una visita panorámica a la ciudad de Toronto, partimos (ya en grupo) a lo que sería el principio de nuestro periplo por una parte del este de Canadá, en las provincias de Ontario y Quebec.
Ese primer día de circuito va a ser cómodo ya que no tendremos que recorrer muchos kilómetros.
Nos dirigimos en primer lugar a Niagara-on-the-Lake. Muchos, al ver ese nombre, pensarán "claro, el pueblo que hay junto a las cataratas". Pues no.
La ciudad se sitúa en el sur de Ontario, donde el río Niágara llega al lago Ontario, y se considera una de las localidades más bonitas de la provincia. Pronto nos damos cuenta de las casas tan preciosas que tan por aquí y de la abundancia de flores.

Dejamos el autobús en el aparcamiento establecido y nos damos un corto paseo para llegar al centro. Pasamos por la St Vicent de Paul Church, en Picton St, construida en 1835. El añadido con la entrada octogonal se construyó en 1965.
La ciudad fue originalmente conocida como Butlersburg, en honor del coronel John Butler, el comandante de Butler’s Rangers.
Recibió un estatus oficial en 1781, cuando ya era conocida como Newark, sitio militar británico y refugio de simpatizantes británicos que huían de los Estados Unidos por la Revolución Americana. Más tarde, se cambió de nombre, esta vez a Niágara.
Niágara (aún Newark) fue elegida para ser la primera capital del Canadá. El primer parlamento provincial se convocó en Navy Hall en 1792 por el teniente John Graves Simcoe Govenor. Durante la guerra contra Estados Unidos de 1812, la capital se trasladó a York (más tarde renombrada como Toronto) con el fin de estar más lejos de las zonas de combate. Ya hablé de ello más o menos.
La ciudad tuvo un papel importante en esa guerra ya que fue tomada por las fuerzas estadounidenses después de un bombardeo de dos días y una sangrienta batalla. La ciudad quedó arrasada pero se alzó sobre sus cenizas. Se convirtió entonces en una atractiva localidad comercial. Aún hoy encontramos muchas tiendas en su calle principal (otra cosa son los precios), acompañadas, como dije, de preciosas casas.
El nombre actual de la ciudad fue adoptado alrededor de 1880 para diferenciarlo de la ciudad de Niagara Falls. El nombre no fue adoptado oficialmente hasta 1970, cuando la ciudad de Niagara y el municipio de Niagara se fusionaron.
En la zona destacan sus frutas (de hecho aún estaban desmontando las mesas que habían instalado días atrás para hacer una feria del melocotón) y sus viñedos. Hay tiendas donde comprar los vinos, entre ellos el vino de hielo que, como dije al hablar de gastronomía, es muy caro.
Uno de los edificios más bonitos de la ciudad es el hotel Prince of Wales, en la confluencia de las céntricas Queen y Picton Street (donde están todos los comercios y la animación).

El hotel, de 4 estrellas, fue construido en 1864. Se llamó Long’s Hotel, luego Arcade Hotel, después The Niagara House y, finalmente, en 1901, se le puso el nombre actual en honor del duque de Cornualles y York (luego príncipe de Gales), que se alojó allí con su esposa. El personaje en cuestión era el futuro Jorge V de Reino Unido y su esposa, María de Teck. También la reina Isabel II se ha hospedado allí.
En el hotel no ponen inconvenientes en que pases al vestíbulo y des una vuelta por las zonas comunes para ver las bonitas cristaleras o los cuadros sobre el famoso personaje que le da nombre y su familia (no faltan algún que otro retrato de la reina Victoria). De hecho, todo allí es muy victoriano.
El Memorial Clock Tower está situado en el medio de la calle Queen. Se construyó memoria de las personas que sirvieron en la Primera Guerra Mundial. Está rodeado de flores.

En el cruce de King St con Queen St se encuentra The Niagara Apothecary, una antigua farmacia que data de 1866, aunque posiblemente el edificio sea de 1820. Ya no funciona como tal. Se han mantenido los muebles y algunos artículos. Puede visitarse y no te piden nada (ni aunque hagas fotos). Solo si quieres puedes dejar un donativo a la salida.
Nos recomiendan también que nos acerquemos a Queen’s Royal Park, un pequeño parque donde se alza un pabellón. Desde allí se pueden hacer buenas fotos. Me he enterado recientemente que fue instalado para la filmación de la película La zona muerta, dirigida por David Cronenberg, basada en una novela de Stephen King y protagonizada por Christopher Walken. ¿Y por qué es importante venir hasta aquí?. Pues, además de por las hermosas vistas, porque allí vemos la desembocadura del río Niágara en el lago Ontario. También se ve un poco el Fort George (en obras).

Los británicos se establecieron Fort George en la década de 1790 para reemplazar Fort Niagara. Muchas de sus estructuras fueron demolidas en mayo de 1813, durante la Batalla de Fort George. Después de la batalla, las fuerzas estadounidenses ocuparon el fuerte durante siete meses antes de retirarse en diciembre de 1813. Aunque los británicos recuperaron el fuerte poco después, se hizo muy poco esfuerzo en su reconstrucción después de que capturaron Fort Niagara la semana siguiente. El diseño deficiente de Fort George en tiempos de guerra llevó a su reemplazo por Fort Mississauga en la década de 1820, aunque los terrenos de Fort George vieron algún uso por parte de los militares hasta el final de la Primera Guerra Mundial. A fines de la década de 1930, la Comisión de Parques del Niágara hizo una reconstrucción de Fort George. El sitio se inauguró en 1940 y ha sido administrado como sitio histórico y museo viviente por Parks Canada desde 1969.

En el camino vemos preciosas casas de madera.
