Dejamos el hotel Delta y emprendemos camino hasta nuestro próximo destino. Toda esta etapa en autobús iremos siguiendo el curso del río Saguenay.
Por cierto, olvidé decir que hemos ido viendo estos días el enorme Lac Saint Jean, de 1.003 km².
Pasamos junto a la ciudad de Chicoutimi, la más poblada de Saguenay. Durante el siglo XX, se convirtió en el principal centro administrativo y comercial de la región de Saguenay-Lac-Saint-Jean. En 2002 se fusionó con la nueva ciudad de Saguenay y forma el corazón de la quinta área urbana más grande de la provincia de Quebec.
La zona fue colonizada por los franceses en 1676 como un importante puesto comercial de pieles. La llegada del Canadian National Railway en 1893 estimuló el crecimiento de las industrias de pulpa y papel de Chicoutimi. Chicoutimi Pulp Co. fue fundada en 1896 con el respaldo de inversores francocanadienses. La fábrica de pasta Chicoutimi se convirtió en el mayor productor de pulpa mecánica en Canadá en 1910. Hoy en día es la ciudad más importante de la zona y tiene hasta universidad.
En algo menos de una hora llegamos a la pequeña localidad de Sainte Rose du Nord, donde hacemos una parada para hacer pis (hay pocos lavabos) y para hacer fotos.
El sitio fue conocido, desde 1801 hasta 1933, como La Descente-des-Femmes. Las mujeres amerindias esperaban el regreso de los hombres que se habían ido a pescar y los recibían descendiendo desde las alturas hasta la orilla. Lo de Sainte Rose viene de la iglesia de su patrona, Santa Rosa de Lima. En cuanto a lo de "du Nord", se añadió en 1933, cuando se estableció la oficina de correos.

Tiene la fama de ser uno de los pueblos más bellos de Canadá. Seguramente la fama es algo exagerada. En el pueblo viven muchos pintores (las obras de los cuales luego se vende en la Rue du Tresor de Quebec).
Nosotros estuvimos en el muelle, importante porque desde allí se puede hacer fotos al fiordo de Saguenay.

El fiordo de Saguenay, rodeado de acantilados, se extiende por más de 100 km. El Saguenay es tan profundo que las ballenas llegan a su desembocadura en el río san Lorenzo buscando alimento.
Un fiordo es un antiguo valle glaciar invadido por el mar. En Noruega los vimos y era exactamente eso. Pero aquí. En este caso nos encontramos con dos ríos, el Saguenay y el enorme san Lorenzo. En este punto las aguas del Fiordo de Saguenay (agua dulce) se mezclan con las del río Saint-Laurent (agua salada) creando unas condiciones perfectas para la proliferación de zooplacton, un festín para las ballenas.

También es importante el efecto de las mareas. Se producen dos veces al día, cubriendo y descubriendo playas kilométricas de arena y rocas. Estas mareas tienen gran importancia en todo este proceso de intercambio de aguas dulces con saladas. Gracias a ellas se producen las corrientes necesarias para empujar las aguas saladas hacia el interior del fiordo, franqueando la gran «montaña submarina» que forma una barrera natural entre el Fiordo de Saguenay y el San Lorenzo.
El fiordo de Saguenay tiene una longitud de 105 kilómetros y un ancho que varía entre 2 y 4 kilómetros. Tiene una profundidad promedio de 210 metros, con el punto más profundo de 270 metros. Los acantilados a lo largo del fiordo tienen una altura promedio de 150 metros, alcanzando una altura máxima de 350 metros. El fiordo de Saguenay desemboca en el río San Lorenzo ; el agua salada del río fluye bajo una capa de agua dulce procedente del lago St. Jean . El agua salada ocupa el 93% del volumen de agua dentro del fiordo.
El río San Lorenzo es uno de los principales ríos de Norteamérica, el colector de los Grandes Lagos que conecta con el océano Atlántico, en el golfo de San Lorenzo. En su primer tramo forma la frontera natural entre Estados Unidos y Canadá, bordeando el oeste de la provincia de Ontario, y luego se adentra en Quebec atravesándolo totalmente. Nace en el lago Ontario, junto a Kingston, para luego pasar por las ciudades de Brockville y Cornwall (en la provincia de Ontario); y Montreal, Trois-Rivières y la ciudad de Quebec (en la de Quebec). Desemboca en el Atlántico después de atravesar el homónimo estuario de San Lorenzo, el estuario más grande del mundo, tras un recorrido de más de 3000 km Es el segundo río más largo de Canadá y unos de los 25 más largos del mundo.

En mohawk su nombre es Kaniatarowanenneh, que significa «gran vía navegable". El río debe su nombre a San Lorenzo, un santo cristiano que la iglesia celebra el 10 de agosto, día en el que Jacques Cartier navegó por primera vez en las aguas del río.
La navegación comercial en el río no se pudo desarrollar hasta la construcción del canal de Lachine, en 1825, y el posterior dragado del tramo entre Montreal y Quebec, a partir de 1851. Estos trabajos permitieron que Montreal se consolidase como metrópoli industrial de Canadá, a través de su puerto. El canal de Lachine, de una longitud de 13,6 km, tenía una profundidad original de sólo 1,5 m y contaba con seis esclusas. Fue ampliado y profundizado en varias ocasiones hasta que fue reemplazado en 1959 por la vía navegable de los Grandes Lagos, que conecta Montreal con los Grandes Lagos mediante un canal de aguas profundas.
El río San Lorenzo sigue siendo uno de los canales más peligrosos del mundo: las mareas pueden exceder de seis metros, las corrientes son fuertes y multidireccionales, los bajos son numerosos y la visibilidad está limitada. Eso hace que los barcos comerciales de más de 100 pies de largo que circulan en el San Lorenzo necesariamente deben ser guiados por pilotos con licencia.
El estuario del San Lorenzo se encuentra aguas abajo del río San Lorenzo y aguas arriba del golfo de San Lorenzo. Designa el entorno en el que se mezclan las aguas dulces del río con las saladas del golfo. Se suele considerar dividido en tres tramos o secciones:
- el estuario fluvial, desde el lago de St-Pierre hasta la isla de Orleans;
- el estuario medio, hasta la desembocadura del río Saguenay;
- el estuario marítimo justo hasta la Pointe-des-monts.
Seguimos camino hasta llegar a Tadoussac y nos dirigimos con el autobús hasta las dunas, desde donde también podemos hacer fotos del fiordo. Desde las dunas se puede bajar hasta la playa y dicen que es un buen lugar para ver aves migratorias.

Tadoussac es un pueblo de 800 habitantes situado en la región turística de la costa norte de Quebec, en el cruce marítimo del río San Lorenzo y el fiordo de Saguenay. Era lugar de asentamiento de los pueblos de las Primeras Naciones. Los europeos se asentaron en la zona a principios del siglo XVII. Los nativos comerciaban con balleneros vascos y pescadores de bacalao bretones desde el siglo XIV. Aquí llegó Jacques Cartier en 1535 mientras navegaba por el río San Lorenzo. Pierre de Chauvin construyó un puesto de comercio de pieles en 1600, el primer edificio en Nueva Francia. En mayo de 1603, Samuel de Champlain selló una alianza entre los franceses y las Primeras Naciones cerca de Tadoussac. Fue un acuerdo comercial, militar y fundacional que llevaría al establecimiento de la Ciudad de Québec cinco años después.
Después de haber vivido del comercio de pieles, la pesca y la caza de ballenas, y luego de la industria forestal, en 1864 el pueblo construyó su primer hotel para alojar a los veraneantes.
Hoy en día es muy visitado porque desde allí salen los cruceros para avistamiento de ballenas.
Los tours salían a las 10 y a las 13 horas. Como el primero representaba levantarse a las 5 de la mañana, decidieron que fuéramos en el de la 1, por lo que debíamos comer a las 11.30. Bueno, no hay problema.
Nos llevaron al bonito Hotel Tadoussac, donde nos tenían preparado un buffet en el que no faltaban la carne con salsa, los mejillones o la pasta. Y los pasteles, de varios tipos, eran muy buenos. El hotel, un gran edificio del siglo XIX con tejados rojos, está situado sobre una colina. Tiene unos jardines públicos muy bonitos con unas hamacas en las que sentarte para intentar ver ballenas. Hay quien asegura que incluso desde allí pueden verse.

Después de comer y hasta la hora de salida del barco podíamos tener tiempo libre para recorrer el pueblo. Y eso hicimos.
Paseando por la población podemos ver casas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, todas ellas con un cartelito identificativo.

El edificio más importante, no obstante, es su capilla, la capilla de madera, dicen, más antigua de América del Norte. El primer edificio se erigió en 1615. Al ser de madera, se hizo otra capilla en 1641, año del establecimiento permanente del primer jesuita de Tadoussac. En 1661 se erigió una capilla de piedra de 18 metros de largo en un terreno cedido por el gobernador Jean de Lauzon. Sin embargo, fue destruida por un incendio en 1665.
En el verano de 1668, San François de Laval visitó Tadoussac, donde bautizó a 149 indios y celebró una misa en una capilla de madera.
En 1747 el padre Claude Coquart hizo erigir la capilla actual, que se completó el 24 de junio de 1750; la primera misa se celebró ese día. El altar está fechado en 1790. Se puede visitar previo pago pero no pudimos porque habían cerrado para comer.

Al lado hay una iglesia moderna.
Después de ver el pueblo (es pequeño) recorrimos el paseo marítimo hasta llegar al muelle donde cogeremos el barco.
Hay dos tipos de excursiones para la observación de ballenas: en barco grande o en zodiac. Varía el precio y la duración, siendo la segunda más cara, con menos gente y más corta. En la zodiac hace más frío (aunque te proporcionan ropa), te mojas más pero supuestamente te acercas más a las ballenas. Eso es relativo. Nosotros fuimos en el barco y a veces las teníamos más cerca; las zodiac, con todo, son más ligeras y pueden reaccionar más rápidamente cuando se ve un animal.
En Tadoussac, en el muelle, un centro de interpretación de ballenas.
Como digo, y ya que éramos un grupo grande y no se puede saber las características de cada uno, fuimos en el barco grande. Si estás embarazada, tienes menos de 6 años, o sufres dolor de espalda no aconsejan que vayas en la zodiac.
Hay varios pisos y zonas cubiertas y semidescubiertas. Es conveniente ponerse en un sitio desde donde puedas moverte bien de un lado a otro, ya que las ballenas pueden salir de cualquier lado y, claro, se mueven.
Lo normal es ver belugas, rorcuales o delfines. La orca o la ballena azul son más caras de ver (aunque no es imposible). Y no faltan las focas. De hecho, hay una colonia y es fácil ver cómo asoman sus cabecitas cuando pasa el barco.
La gran ballena azul es el animal más grande del planeta con casi 30 metros de longitud y más de 100 toneladas de peso. Dicen que se han encontrado ejemplares de 170 toneladas. Su cuerpo es de color gris azulado, de ahí su nombre. Las ballenas azules eran abundantes en casi todos los océanos hasta comienzos del siglo XX. Su caza masiva las llevó al borde de la extinción.

¿Qué come una ballena?. Las ballenas tienen unas estructuras conocidas como barbas que cuelgan del maxilar superior (como nuestros dientes). Se trata de una serie de fibras que podemos comparar con las cerdas de un cepillo. Se alimentan de plancton y peces muy pequeños. Abren la boca y cogen litros y más litros de agua. Una vez dentro, con la lengua, empujan el agua para que salga entre sus barbas y solo se queda el alimento que después tragan. Existe el peligro de que también traguen otras cosas, como plásticos.
Todas las ballenas respiran por sus orificios nasales, los cuales reciben el nombre de espiráculos. Estos orificios presentan terminaciones nerviosas que le permiten al animal reconocer si se encuentra fuera del agua y se sitúan en la parte superior de la cabeza. Esta ubicación de los espiráculos permite a las ballenas respirar prácticamente sin ningún esfuerzo, pudiendo permanecer descansando en la superficie del océano y captando el oxígeno que necesitan para vivir.
Los espiráculos aparecen recubiertos por una membrana que actúa a modo de válvula, la cual en una posición relajada del músculo mantiene sellado el orificio, impidiendo la entrada de agua en el mismo.
Por otro lado, los orificios nasales no están conectados con la boca del animal. Las ballenas no son capaces de respirar por la boca y tienen asegurado un proceso de alimentación independiente del de respiración, por lo que no les llega agua a los pulmones mientras están comiendo.
Una vez que el aire ha entrado en sus fosas nasales a través del espiráculo situado en su cabeza, este es conducido hasta la tráquea. Desde la tráquea el aire pasa a los pulmones, donde el oxígeno que han tomado de la atmósfera iniciará su circuito de respiración. El oxígeno es llevado desde los pulmones por la sangre y convirtiéndose finalmente en dióxido de carbono. El dióxido de carbono es expulsado junto con el nitrógeno por el mismo espiráculo, cerrando así el circuito de la respiración. Este último paso del proceso respiratorio, la exhalación, es el momento en el que las ballenas expulsan el dióxido de carbono y podemos ver en la superficie torrentes de agua que emergen desde los espiráculos de las ballenas en forma de columnas de agua y aire. Lo vimos varias veces.
Conocemos como kril a unos crustáceos diminutos, normalmente transparentes, que habitan en los océanos de todo el mundo. Estos animales forman grupos de miles y miles de individuos que pueden extenderse a lo largo de kilómetros. En la zona del estuario del san Lorenzo hay mucho. Eso no significa que no coman algo más grande, como arenques o bacalaos.

La beluga está adaptada plenamente para la vida en el Ártico y para ello tiene una serie de características anatómicas y fisiológicas que la diferencian de los otros cetáceos. Se caracteriza por el color totalmente blanco de los adultos y por la carencia de una aleta dorsal. Posee una prominencia frontal distintiva que alberga el órgano llamado melón, que en esta especie es muy voluminoso. Su tamaño es intermedio entre las ballenas y delfines, con una longitud y peso máximos para los machos de 5,5 metros y 1.600 kg y un cuerpo robusto con el porcentaje más alto de grasa entre los cetáceos. Su sentido del oído está muy desarrollado. Viven en grupos de unas diez pero en verano pueden juntarse cientos y hasta miles. La verdad es que es la más mona de las ballenas.

El rorcual común es el segundo animal más grande del planeta, solo superado por la ballena azul. Puede llegar a alcanzar una longitud de 19 a 23 metros (son más grandes las hembras). El ejemplar más grande de que se tiene noticia fue una hembra de 27 metros. También está en peligro de extinción debido a la caza masiva. La parte superior y los lados son de color gris parduzco y la parte inferior es blanquecina. Tiene un hocico puntiagudo, espiráculos dobles y un amplio y achatado morro.

No se debe confundir con el rorcual boreal (rorcual sei o ballena boba), de hasta 20 m de longitud y pesos de hasta 45 toneladas. Las crías al nacer miden 4 a 5 metros. Tienen la aleta dorsal más adelantada que otras ballenas.
La ballena jorobada (de las que vimos o intuimos algún ejemplar) es uno de los rorcuales más grandes, los adultos tienen una longitud de 12 a 16 m y un peso aproximado de 36.000 kg. Toma su nombre de la “joroba” que se forma al sumergirse, más adelante de su pequeña aleta dorsal. En cambio, sus aletas pectorales son enormes, más grandes que en cualquier otro cetáceo. En la cabeza y mandíbulas presenta una serie de protuberancias propias de la especie llamadas tubérculos, que en realidad son folículos pilosos. Los machos emiten un canto complejo, el cual dura de diez a veinte minutos y se repite por horas cada vez.
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Si uno va pensando que verá escenas a lo National Geographic, que se olvide. Lo más normal será ver una aleta, la cola y, con algo de suerte, un lomo. Y, sí, a veces saltan pero es complicado inmortalizar ese momento. En el barco va una persona dando explicaciones en inglés y francés. Es quien te avisa si hay un avistamiento (aunque a veces nosotros las veíamos antes).

Nos llovió y, pese a ir en el barco con sus tejadillos, nos mojamos. Ojo. Se debe llevar ropa de abrigo. Nada de tirantes y pantalones cortos. Aunque al principio no lo parezca, hace mucho frío. Frío invernal hasta en verano.
El barco tiene parada en Santa Catalina también (a la ida y a la vuelta) y en el regreso se adentra un momento en el fiordo. Nos bajamos en Santa Catalina; el bua, que ha subido en el ferry, nos espera allí.